40: Un omega y un beta

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Mama siempre decía que yo conseguiría lo que quería, que con mi hermosa cara y mi hermoso cuerpo tendría el mundo a mis pies. Ningún padre común inculcaría esos valores a sus hijos, pero mi madre siempre hizo que nuestra familia fuera diferente al resto.

Aprender el rol que tenia que ocupar en este mundo por ser un débil omega fue la mayor prioridad de mi madre, que era una beta.

Ella sabia que un omega tenia mas posibilidades que la de un beta, no tanto como la de un alfa pero si tenia muchas, como el poder ser el dominante de la relación cuando se te plazca, tener el control del mundo sobre tus manos inconsciente y sigilosamente

Mi madre fue soltera cuando me tuvo, se que en el fondo ella no quería abandonarme en ese lugar donde caí en los brazos de una amiga beta que me convirtió en quien soy, le gustaba que le digiera madam, y con el tiempo acepto que la llame mama.

Ella fue como mi figura materna, me enseño a cuidarme de los malos alfas o betas, que yo tenia que tener el control de todo, que a pesar de querer llorar, debía mantenerme fuerte, ya luego secaría mis lagrimas con billetes.

En secundaria llego mi turno de brillar, inocencia fingida, miradas lascivas, aprendí a convivir fingiendo pureza, aprendí a vivir fingiendo no enterarme de todos los rumores que se formaban sobre mi.

Quería sentirme como una emperatriz, aunque fuera hombre, mama siempre me trataba como ¨ella¨.

Aprendí a disimular mi apariencia, a coquetear y disimuladamente mandar indirectas a todos los alfas, de vez en cuando a betas, pero mayormente alfas, todas las tardes después de escuela aveces me escapaba al parque cercano de la famosa escuela para alfas y betas de poder, me gustaba estar ahí, leyendo un libro y sintiendo todas las miradas dirigidas hacia mi, como si fueran reflectores.

Conocí a un joven heterocromatico en una fiesta, era alto y se veía de buena familia, era un alfa, el me dio lujos y todo, me obsequio regalos cada día de mi vida, pero dentro de mi había algo que superaba mi codicia, quería sentir lo que mama nunca había sentido, quería sentirme amado, quería que los alfas y betas no me vieran como un trofeo, o como un omega, quería que me vieran como un ser humano.

Mande al demonio todas mis enseñanzas, el heterocromatico me había sido infiel, decia que yo no tenia derecho a nada que reclamar, pero yo a pesar de todo quería sentirme respetado, corte todo tipo de relación con el y mi madre me hecho de casa, después de todo, según ella yo deje escapar a un buen partido, así que no aceptaría eso.

Conseguí hogar en casa de una amiga beta, y luego conseguí un trabajo en un supermercado, mi jefe era un peliazul con gafas, como un robot, un beta, termine enamorándome de el perdidamente, el se porto muy amable conmigo pero, yo confundí amor con amistad, el ya tenia novia una beta, y ellos eran felices, así que decidí hacerme a un lado, decidí dejarlo ser feliz, renuncie a mi trabajo y nunca mas lo volví a ver.

Mi siguiente trabajo fue en una cafetería como cajero, ahí conocí a un alfa pelimorado, con grandes ojeras notables y tez pálida como la nieve, cometo a ir seguido a aquella cafetería, pero, el se enamoro de mi, y yo... no quería darle el dolor de jugar con sus sentimientos, por lo que simplemente desaparecí sin dejar rastro.

Comencé a vagar por las calles hasta que encontré un bulevar, con una glorieta en el centro, las personas se turnaban para cantar sus canciones, me ofrecieron participar en el estilo libre por lo que accedí, y cante, una canción no tan conocida, pero si una canción que siempre me la cantaba madame antes de dormir, claro que... le cambie el final.....

 "Naciste para triunfar, naciste para amar
Naciste para hacer todo eso y mas
Naciste para ser tu mismo
Naciste para conocer la libertad"

Fue ahí donde lo conocí, el presentador del evento, un pelicenizo que quedo embobado con mi presentación, me ofreció ser mi manager, yo acepte gustoso, con el tiempo que pase con el me volví a enamorar, ese pelicenizo era simplemente maravilloso, me enseño varias cosas, compartíamos miles de gustos, si algún momento yo me sentía horrible, bastaba con que lo llamara para que el viniera a consolarme, lo llegue a amar, y ese amo fue correspondido.

Quien lo diría.. termine casado con un beta de clase media, no me dio tantos lujos como el heterocromatico, no fue mi primer enamoramiento como el peliazul, no se enamoro de mi a los pocos días de conocerme pero... si fue el único que me hizo llegar a la locura de sentirme maravillosamente amado, yo lo amaba, el me amaba, y juntos amamos a nuestros dos hijos que adoptamos, debido a que resulte ser estéril .

Si alguien lee esto, déjenme decirles que, Katsuki Bakugo es de Izuku Midoriya, es de mi propiedad y si no me creen pregúntele de quien es el nombre que esta tatuado en su cuello, y si a mi no le creen pues adivinen quien fue el me puso aquel anillo en mi dedo.
Yo siempre fui una persona que no creía en el amor verdadero, pero aun asi siempre quise probarlo, y lo conseguí, tuve que contrarrestar a los principios con los que fui criado, pero aun así, aun así a pesar de todo... me enamore y me case con un beta, el amor de mi vida.

Katsuki Bakugo, eres la persona mas maravillosa que e tenido en mi vida y nunca me arrepentiré de ser tu esposo.

La conversión del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora