55: Midoriya Sensei

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-Midoriya sensei¡¡ Bakugo me esta molestando de nuevo¡¡

Grito una pequeña niña de cinco años tratando de alejarse de aquel pelicenizo que la sujetaba de sus pequeñas trenzas.

El joven de diecinueve años de edad dio la vuelta observando la escena y acercandose para separarlos dejando a algunos niños sentados en el suelo esperando por su cuento.

-Bakugo¡ no puedes andar molestando a tus compañeros por favor¡ pídele disculpas.

-Pero Midoriya Sensei¡ le quiso entregar una flor antes que yo y no es justo¡

Se niñero en vacaciones decían, sera divertido decían, penso y se arrodillo ante ellos tomando sus manos y juntandolas mientras sonriendo decía.

-Ustedes son amigos, los amigos son amigos para siempre y por siempre.

Comenzó a cantar pero sintió que Katsuki se soltó y se fue corriendo.

-Valla lio...... Tsuyu-Chan¡ por que no me esperas con tus compañeros para leerles un cuento, dame un momento.

-Esta bien Midoriya-sensei¡

La niña fue corriendo a abrazar a su grupo de amigas quienes se pusieron a jugar a las palmadas mientras esperaban el tan dichoso cuento. El joven peliverde se acerco al pequeño rincón donde estaba el pequeño quien le daba la daba la espalda y se abrazaba sus rodillas.

-Kacchan, no esta bien lo que hiciste de acuerdo? Tienes que ir y pedirle perdón.

-No quiero¡ solo quiero que me mires a mi¡

-Kacchan, yo te quiero mucho, te quiero tanto como a tus demás compañeritos¡ eres como mi pequeño hermanito.

-Me quiere tanto como a Gogo?

Pregunto el pelicenizo viendo a los ojos esmeralda de su contrario y se sentó en sus piernas, vio que este se había quedado mudo para luego sonreír y acariciarle el cabello al pequeño.

-Los quiero mucho más que a Gogo, a todos.

-Entonces por que no me besa como a el?

El peliverde se sonrojo por completo y soltó un leve suspiro.

-Quieres un ataque de besos? Pues vamos a atacarte a besos¡¡.

El peliverde apriciono al pelicenizo entre sus brazos y comenzó a repartirle besitos en toda su cara, luego sus compañeros se unieron y el pobre Katsuki termino queriendo golpear a todos, él solo quería sentir afecto de su maestro Midoriya.

-Puedo unirme?

Pregunto una voz y el ojiesmeralda volteo a ver al dueño de aquella dulce y ronca voz.

-Gogo¡ es un placer tenerte aquí.

El peliverde se levanto y deposito un tierno beso en los labios de su amado, este lo sujeto de las caderas y le dio otro beso en la frente recibiendo algunos sonidos de asco de algunos niños, otros simplemente auyaban como yenas.

-Vine a ver si necesitabas ayuda mon amour.

Susurro con una sonrisa pero luego sintió pequeños golpes en su pierna y algunas cuantas pisadas.

-Vete Gogo¡¡ mamá dijo que solo podías venir a recogerme¡ me arruinas mi dia¡¡

Grito aquel pequeño que odiaba ver a su hermano besando a su maestro.

-Y yo que creí que te alegrarias de verme pequeño, que se le va a hacer.

Gogo tomo de la mano a su novio y con su brazo cargo a su hermano para acercarse al grupo de niños.

La conversión del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora