Dos cuerpos sudorosos en una noche a la luz de una vela, él lo miraba, lo miraba y lo acariciaba, su cara estaba sonrojada mientras su rostro entre sus piernas se encontraba.
Dos cuerpos en una cama, se besaban y acariciaban, la vela se apago, y a la luz de la luna un acto de amor se consumo.
Suspiros salieron de ambos labios, miradas de determinación con fuertes latidos provenientes del corazón.
El mayor abrazo el frágil cuerpo de su amado, sus pecas en hombros recorrió y constelaciones formo, su cuerpo era un cielo con constelaciones y lluvias de estrellas convertidas en sudor, el cabello mojado por agua salada y sonrió al ver como sus piernas temblaban.
El menor observo a la sombra de su delante, a su amante de quien se despedía a la luz del alba, hombros fuertes, dos pilares que sostenían varias cargas, exactamente dos piernas largas, pecho marcado debido al trabajo, sudor recorriendo su pecho blanco, mirada rojiza que quemaba como el infierno y siempre sonriendo.
Ambos sentían el fuego interno.
Gemidos inundaban la habitación, la cabecera de la cama sonó, los muelles rechinaban y ya ni los grillos cantaban, dos hombres consumieron su acto de amor en completa calma.
Sus manos de aferraban a su pequeña cintura, sus uñas clavaban en su fuerte armadura, sonrisas, chapoteos, mordidas y sin rodeos, ambos cuerpos se unían en completa armonía.
Los gemidos no paraban, los cuerpos no se cansaban, era una tradición para ellos, amarse y contemplarse, delineaban sus figuras con sus vistas, extraían sus aromas combinados con sudor, mientras solo se encargaban de oír los latidos de su corazón.
Ver a un cuerpo encima suyo era una maravilla, esa persona lo hacia ver las estrellas y querer fundirse en ellas, ambos se reian ante aquellos actos de picardía.
-No me dejes caer Kacchan.
Susurro y a sus dos pilares se sujeto, oyó como se reía y sintió la pared fría.
Gritos de amor inundaron la habitación, haciendo eco a los latidos del corazón, sus labios se unían, sus cuerpos se aferraban, sus corazones se reclamaban mientras sus miradas otra cosa reflejaban.
Dos cuerpos se unieron una y otra vez, ya había pasado más de un mes, las sabanas llenas de fluidos, los pechos pesados que subían y bajaban mientras sonrisas inundaban sus caras, no querían que el tiempo pasara, no querían que el otro se marchara.
Se abrazaron y suspiraron, decidieron dormir un rato, el amanecer llego, y el acto de amor se termino.
Se cerro el telón para que el Sol no entrara, la Luna ya no estaba, aquella estrella que secretos guardaba, como el de dos amantes y cuanto amor se daban, ella se los guardara y a nadie se los contara.
Un campesino trabajaba cuando lo vio pasar, cabello verdoso de sonrisa pirada, aquel que tanto lo enamoraba.
Un joven de noble procedencia veía a un hombre trabajar, sus fuertes brazos arando la tierra lo hacían soñar, el sudor recorriendo su frente lo hacia recordar.
De nuevo estaban en aquella habitación, igual que la vez anterior, ambos se llamaban, nada los calmaba, no era correcto lo que hacían pero sus cuerpos se reclamaban.
A la luz del alba el campesino se escapaba por la ventana, el joven de sangre noble sudoroso en la cama, veía con cierta melancolía como su amado se esfumaba.
Por la tarde era lo de siempre, pensaban en lo de ayer, pensaban en lo de la madrugada y como lo hacían cada semana, pensaban en cuanto se amaban.
Ambos hombres de diferentes familias, gritaban su amor a escondidas, no había nadie en aquella casa, era día en el que el padre faltaba, ambos aprovechaban para su amor gritar para luego poder soportar oír a sus corazones llorar.
En el día ambos se miraban, en la noche se besaban, a la luz del Sol ni se tocaban, en la oscuridad de la noche hasta se reclamaban.
Traidor es el Sol por llenar todo de color, por iluminar las mentiras de aquel amor, iluminar sus miradas frías, iluminar aquella sequía de sentimientos que los carcomía por dentro.
La Luna era como su madrina, la confidente de sus pieles vivientes, la Luna secretos guardaba, no dejaba que nadie los notaran, sabía secretos guardar, sabía aquel amor ocultar, a la luz de la Luna aquella pareja preferían consumar aquellos actos de amor y piedad.
Ambos cuerpos se reclamaban, se unían con pegajosa textura y se aferraban como si no hubiera un mañana, ambos esperaban el dia en el que se escaparian y su amor mostrarían mientras tanto promesas se hacían bajo aquellas sabanas donde se escribía la historia de amor y pasión que solo la Luna sabía.
Envidiada sea la Luna, solo ella vería aquellos actos de amor y valentía, solo ella podría narrar como los amantes gritaban una vez más, solo ella podría contar aquellos actos de puro amor que se dan.
La Luna era testigo de tanto amor que ninguno se lo podría imaginar.
Ambos hombres algún dia su amor podrían mostrar, mientras tanto la Luna sus secretos a de guardar.
Fin.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No se escribir hard vale? Me gana la vergüenza, por eso pensé que podría narrarlo en forma de poema, lamento que no sea de su agrado pero esto es parte de mi trabajo, no nace en mi la picardía para narrar escenas obscenas y llenas de pasión algún dia.
Gracias por leer, votar y comentar, espero verlos una vez mas~
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La conversión del amor
FanficOne-Shots katsudeku creados por mi para personas como ustedes, en este libro encontraran varios tipos de historias que giran entorno al shipp principal Katsudeku, también se tomaran en cuenta otros shipp como KiriKami o Iidaraka. Espero que les gust...