88: Poemario de unos enamorados

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-Esto es lo último que dejaste - Dije sin mirarte, entregando aquella caja de recuerdos aniquilantes, no iba a poder guardarlo en casa para siempre, no quería tener que volver a verte.

-Gracias, ¿No me invitas a pasar? - ¿Cómo te atreves a preguntar? ¿No notas el temblor de mi cuerpo? El jugueteo de mis dedos encima de la caja de cartón, el balanceo de mi cuerpo buscando con mi mirada alguna otra parte, estoy seguro que el temblor de mis labios mordiendose fue lo primero que notaste.

-Adelante, puedes sentarte, prepararé la cafetera - Entre a la cocina escuchando tus pasos seguirme, la misma rutina de hace varios años, ni siquiera recuerdo cuántos, busco entre los cajones una bolsa de café, extra amargo, importado, de granos para moler, con ese sello de la tienda coreana que te encanta porque siempre me llevabas a comprar de ese lugar, lleno la cafetera con lo último que le queda, tendré que acostumbrarme a no volver a ver aquella bolsa, ni siquiera sé si volveré a encender está cafetera, saco una pequeña bolsa de papel, hecho agua caliente en otra taza a parte, aquella taza en la que echo aquella bolsa pequeña para preparar una taza de té.

-¿Sigues odiando el café? - Si, lo sigo odiando, sigo odiandolo tanto como aquellas galletas de arroz que compartíamos en el desayuno, ¿Por qué siquiera sabes dónde están guardadas? ¿Por qué las sacas? ¿Por qué las compré para empezar? Tal vez estuve esperando a esta oportunidad, poder verte una última vez, disfrutando una taza de café acompañado con mi té, cómo sea, sirvo ambas tazas, las llevo hacia la mesa pegada a la ventana, me siento en el sillón con cojines mientras le echo azúcar a mi taza y miro hacia la ventana, acercas la manta, me estremezco al sentir como la acomodas por mis hombros, pero estos caen encorvandose al no sentir que te acurrucas a mi lado.

-No era necesario - Odio esa expresión que me dedicas, ¿Pena?, Claro que no, tu mismo lo dijiste una vez, las relaciones pronto acaban, fue como un presajio de lo que pasaría con nosotros, como un spoiler de una maldita película de la cual se me quitan las ganas de mirar al ya saber el final.

-Hace un buen día, como para ir a navegar en un mar lleno de misterios que esconden los marineros - Celosos de que los piratas les roben su tesoro, su tan preciado oro, aquel que se enconde en el atardecer luego de que silbando navegamos tomados de la mano, no te burles de mi, no recites el mismo poema una y otra vez, es doloroso, se siente como si te rieras de esta miseria, ¿Este es tu ritual de despedida? De ser así entonces yo te mostraré el mío para ver a quien le duele peor.

-En este mundo tan grande nos perdemos, en una cabaña pequeña no cabemos, si te miro a los ojos veo lo suficiente como para vivir toda una vida de dicha, si retiro la mirada no veo nada, ¿Cuánto más nos quedaremos embobados el uno al otro? Sin darnos cuenta que solo estamos ignorando la decadencia que nos rodea - ¿Suficiente dolor verdad? Si de palabras se tratan sabes que tú y yo solo nos dedicamos las más dolorosas, aquellas palabras que salen de nuestra boca en las mañanas de peleas y en las noches de disculpa, ¿Este es un buen ritual para ti? Seguro que si, porque te veo sonreír.

-Podriamos escapar por la gran selva que tenemos detrás, pero nos quedamos viendo el mar, aquel mar lleno de secretos, aquel mar lleno de lamentos, toma mi mano por favor, el mar me da miedo, pero estoy seguro que si me das la mano me voy a sentir amado - Escondo mi mano en la manta, tu haces lo mismo debajo de la mesa, si no la buscas no la encuentras, ¿Tan fácil es rendirte con algo tan simple como acercarte para tomarla de nuevo? Estrecharla fuerte y besarla como siempre, se que quieres eso, y me lastima que te rindas de aquello.

-El mar es tan hermoso, es tan maravilloso, quiero que lo veas con mis ojos, aquellos ojos que brillan amándote a cada momento, en cada instante buscándote para amarte una vez más, porque en mis ojos yo escondo el mar, aquel mar en el que te quiero amar, pero ese mar se está secando, mis lágrimas ya hicieron que se secara y ahora solo queda tierra infértil, desierta, perdóname por no poder cuidar el mar que se llenó en el momento que entraste en mi corazón, perdón por ser tan débil como para evitar que aquel mar se llenará de desilución - Lo sé, le cambié la letra al poema, lamento que sea así, pero esto ya es demasiado duro para mí.

-Si el mar de tus ojos se ha secado entonces déjame darte un poco de lo que me queda, no será todo un manantial, pero es lo suficiente como para poder continuar, poder fertilizar aquella tierra que te niegas a arar, déjame ser el que se esfuerce en esta ocación, por favor, déjame darte de mi mar - Por favor, no, me levantó de la mesa para darte la espalda, con una mando cubriendome la boca, con la otra abrazandome a mi mismo, no estoy listo para esto, no soy lo suficientemente fuerte, pero tú tampoco porque ni siquiera puedes verme, no puedes levantarte y abrazarme, ¿Ya te cansaste de decirme que todo va a ir bien y que seguiríamos hacia delante?, Me doy la vuelta, para verte a los ojos pero sin dirigirme hacia la mesa.

-Esto ya ha acabado, dejemos de jugar, el mar no se puede recuperar, si esto es un juego tuyo entonces por favor, te ruego, para, abandona el barco como siempre haces, vete y adentrate en la jungla nuevamente, anda a rodearte con aquellas plantas, con la brisa, con aquel jardín lleno de flores, de esos que tanto amas, ve y prueba aquella libertad que el mar te negó, te cansaste de quedarte en el barco una vez y por eso buscaste tierra firme, buscaste algo más, no buscaste mi mar, adelante, ya no es tuyo, anda y busca otro mar porque al mío no volverás, encuentra el barco en la tierra que pisaste cuando lo abandonaste e intenta reconstruirlo con alguien más que si te deje entrar a su mar - Me acercó a la mesa pero para quitar las tazas, tanto de café como de té, las llevo al fregadero dándote la espalda para no verte, no ver en el momento que tomes aquella caja llena de recuerdos, que cruces aquella puerta y te vayas para siempre de mi vida, no quiero tener que ver cómo se rompe aquel barco que con tanto esfuerzo formamos, estoy cansado de repararlo.

-Lo siento, solo no quería irme sin intentarlo, se que fui un cobarde antes, me arrepiento por eso, ¿Por qué no nos damos un tiempo? Solo dame un mes, pensemos bien en lo nuestro y luego de esforzarnos volvemos, por favor cariño, solo ten un poco de compasión por este hombre que te ama con todo su corazón, todavía quiero navegar en tu mar.

-Si de verdad me amas, por favor, vete y manda al carajo el mar, solo fue una excusa tonta de tu parte para así llamar al amor, te costaba aceptar aquel amor que te ofrecí, ¿Verdad? Intentaste evitar decir la palabra amor porque como siempre, eres un hombre con los pies en la tierra, un hombre con opciones, ya no seré una de ellas, por favor, toma esa caja y verte, ya no quiero verte.

-No quiero que lo último que me digas sean esas palabras tan crueles - Aparte mi cuerpo, no quiero sentir tus manos, me da simplemente asco.

-No lo hagas más difícil, no lo hagas cursi, hazlo rápido, tan rápido lo llenaste, tan rápido lo secaste, y así de rápido quiero que te marches.

Así lo hiciste, tal y como lo imaginé, me diste la espalda, tomaste la caja, caminaste hacia la salida sin soltar alguna tontería como aquellas de las que siempre dices, tomo un respiro, me permito sentarme, me permito escuchar el motor de tu auto encenderce mientras cierro los ojos, las ruedas de tu auto me dan el indicio de que te has marchado, por el momento tengo el alivio de que esto ha terminado, pero se que tú falta de palabras es por algo, un poeta nunca se marcha sin decir nada, estoy cansado de la poesía, me levanto y camino al librero, tomando aquel libro de poemas que ambos escribimos, abró la ventana para tirarlo hacia la tierra, ni siquiera es un buen día, está lloviendo como si el cielo gritara por querer llenar aquel mar seco que ahora está, cierro la ventana y le doy la espalda, ya fue suficiente, ya no quiero verte.

Fin.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Lo siento por desaparecer, supongo que yo también soy buena huyendo de lo que quiero.

Gracias por leer, votar y comentar, espero verlos una vez más~

La conversión del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora