Todavía recuerdo, como era antes de todo, cuando tenía cuatro años, parecía que tenía la vida perfecta, Mi padre me sacaba a los mejores sitios junto con mi madre, mi familia era sumamente católica, o bueno, al menos por el lado de mi madre, me hacía ir a misa con ella todos los domingos, mi padre prefería quedarse en casa a ver el futbol.
Así iba mi vida, éramos de clase media, vivíamos en una casa bonita, color melón, con un hermoso jardín trasero y delantero, donde solía jugar incontables veces a que era un súper héroe junto con mi padre mientras mi madre se sentaba en las sillas con sombra a tomar limonada y leer un libro, pero eso cambio, cuando mi padre decidió irse, encontró a otra persona y me dejo con mi madre.
Mi madre comenzó a trabajar arduamente día y noche con tal de que nunca me faltara nada, me crio con los más grandes ejemplos de modales y humildad que pude haber tenido, tuvimos que reducir los gastos, pues el dinero que mi padre mandaba nunca era suficiente, estudie en un colegio estatal católico, donde incrementaron mis conocimientos y fortalecieron mi fe.
En la escuela, no tuve muchos amigos, solo una amiga de cabello castaño y grandes mejillas, pero a los 14 años todo cambio, unos chicos mayores hicieron una apuesta en la que yo estaba metido, el que lograba desvirgarme ganaría mucho dinero, yo no sabía nada de eso, pero ahí fue donde comenzaron mis problemas, con ese chico de cabello negro, me enamore de el profundamente, hasta podría considerarlo mi primer amor.
El me veía a diario, me hacía sentir bien, recuerdo perfectamente el día en el que nuestros labios rozaron por primera vez, su familia era acomodada, ese chico podría haberme sacado de la pobreza si lo hubiera elegido, siempre su chófer al que todos conocían como Dark Shadow iba a recogerlo, y junto a él me llevaba a los lugares más hermosos y después a mi casa.
Un día, ocurrió la primera insinuación, estamos en la capilla de la escuela, oyendo la misa de los domingos, él estaba sentado junto a mí, cuando me toco la pierna y comenzó a acariciarla, yo me avergoncé y moví su mano, pero días después volvió a hacer lo mismo, solo que esta vez en una de esas charlas sobre la perenigracion y nuestro deber como todos hijos del altísimo que somos. Al atardecer no se contuvo más y fuimos a mi casa, ese día, me prometió que nos casaríamos a la semana siguiente, yo le creí, me dijo que quería grabar el momento en que me hacía suyo, y yo lo permití, permití que el grabara cada gemido y cada expresión mía, mientras la vieja cama de mi antigua habitación rechinaba y un sonido demasiado obsceno sonaba desde nuestra unión, aquel día perdí algo que me enseñaron desde muy temprana edad que debía guardarlo para después del matrimonio.
A la mañana siguiente fui la burla de todo el colegio, los alumnos susurraban cosas obscenas y burlas sobre mi persona, y los profesores me lanzaban miradas juzgándome, sin saber los verdaderos acontecimientos, pues hasta ellos llego el video de cómo había perdido mi pureza, y de cómo ya no volvería a ser digno nunca más de la mirada de amor de alguna mujer, o de ascender al reino que se encontraba después de la muerte, mi madre fue a recogerme, llegando a la casa me grito lo pecador e impuro que era, como si tuviera que repetírmelo para que yo lo supiera, me hizo arrodillarme y pedir perdón ante el altar del cuarto de oración que teníamos debajo de la escalera, me quede toda la noche ahí, aunque mi madre decía que ni todo un mes entero en ayuno y rezando iba a obtener el perdón de Dios por la mansillacion a mi cuerpo que cometí, por mis actos de lujuria desenfrenada, a la mañana siguiente, cuando Salí del cuarto de oración, pude observar por la ventana como aquel auto, un Rolls-Royce Phantom II Convertible 1934, que tanto conocía estaba estacionado delante de mi casa, me dirigí a la cocina, y lo encontré ahí, estaba mi padre, observándome con una mirada demasiado severa, la expresión de mi madre, es algo que nunca podré olvidar, sus ojos rojos de tanto llanto, su nariz enrojecida, y su garganta afónica, fue cuando la oí hablar, fue el momento en el que me di cuenta que no quería saber nada mas de mí, partiría con mi padre hacia su casa, donde estaba viviendo con su actual pareja, mi maleta estaba hecha, pero mi madre no quiso despedirse, se mudaría la próxima semana para evitar seguir siendo el hazme reír del vecindario y la deshonra de la comunidad, me dirigía una mirada dura y llena de frialdad desde la ventana de su habitación, nunca olvidare esa aquella mirada dolida, y aquellos labios temblorosos apunto de sollozar, no hacía falta que lo digiera en voz alta, para hacerme saber que se arrepentía de haberme parido.
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La conversión del amor
FanficOne-Shots katsudeku creados por mi para personas como ustedes, en este libro encontraran varios tipos de historias que giran entorno al shipp principal Katsudeku, también se tomaran en cuenta otros shipp como KiriKami o Iidaraka. Espero que les gust...