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Lo primero que hizo cuando despertó el pelinegro fue estirar sus brazos con un gemido, se sentía descansado, hacía tanto tiempo que no dormía tan cómodo como esa noche.

Se levantó arrastrando los pies y se paró frente al enorme espejo de cuerpo completo mientras bostezaba, acomodó su cabello y pensó en realmente volver a dormir, repentinamente vio aquellas cortinas largas y blancas que arrastraban, la cama de colcha blanca y esponjosa, ¿estaba en un hotel? Reconoció el penthouse pero eso sin duda no era su cuarto.

No no no no, su cuarto no, el cuarto que le estaba prestando Jimin.

Ah, Jimin. Recordó lo que había pasado anoche, apretó su abdomen sintiéndose nervioso, le había permitido al rubio besarlo como si fuera lo más normal del mundo. ¿Qué había estado pensando?

- Pues qué otra cosa iba a pensar - se recriminó con una risa tosca.

Salió del cuarto de Jimin sin hacer mucho ruido, vio por los ventanales que el amanecer se haría presente en tal vez dos horas, ¿serían las cinco o las seis de la mañana? La ciudad seguía dormida, todo estaba demasiado tranquilo, lo único que podía perturbar ligeramente esa calma era la voz baja de Jimin desde la cocina, pero ni siquiera era algo molesto, su voz siemre sería algo agradable de escuchar.

Yoongi prestó atención, parecía que el rubio hablaba por teléfono, se acercó unos cuantos pasos y pudo distinguir que nuevamente hablaba en otro idioma. Caminó lentamente a la cocina y la vio vacía, eso quería decir que Jimin estaba en la sala a unos cuantos pasos, pero como no lo podía ver dedujo que estaba recostado en uno de los sillones.

Volviendo a bostezar, abrió el refrigerador y bebió jugo de zanahoria directamente del envase, sacó un bowl de frutos rojos que seguramente Jimin había picado, comió de estás como si se trataran de polimitas, Jimin escuchó a Yoongi y se sentó correctamente, al ver al pelinegro sonrió.

Yoongi tosió y desvió la mirada al ser tomado con la guardia baja, había descubierto que era algo así como débil a la sonrisa de ese rubio.

Jimin le hizo una seña para que se sentara a su lado, tragando con fuerza el pelinegro se acercó, Jimin terminó la llamada y subió sus piernas al sillón para después abrazarlas.

- Hola - saludó sonriendo, Yoongi carraspeó y concentró su vista al ventanal más cercano.

- ¿Acaso no duermes? Falta poco para el amanecer, ¿qué hacías?

- Oye, te estoy saludando - Jimin sonrió aún más cuando Yoongi suspiró y lo miró finalmente.

- Hola.

- ¿Dormiste bien?

- No me di cuenta cuándo me quedé dormido, perdón - dijo rascando su nuca.

- Hey, no fue queja.

- Y tu... - Jimin pareció hacer ojitos expectante - ¿En qué estás tan ocupado hablando otro idioma extranjero?

- Eres un chismoso - dijo arrugando la nariz.

- Que manera de evitar el tema.

- ¿Cuál? - preguntó murmurando - Espera, ¿quieres que cambiemos una pregunta por otra?

- Hm, no, seguro quieres preguntarme algo tonto como por qué no dejo que me llames Shmutsi Boo, mejor me quedo con la duda - dijo fingiendo mirar sus uñas.

- ¡No seas así! - Jimin jaló del brazo a Yoongi - ¿No querías saber cuántos idiomas sé hablar?

- Cuando te pregunté por tus tatuajes me mentiste y soltaste mil historias de cada uno - le reclamó sonriendo - Ya no confío en ti, ojos bonitos.

Second life pt. 2 || YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora