LLEVAME A CUALQUIER LUGAR
ALEX
Laureen se había terminado lo último que quedaba en un vaso de quien sabe. No tenía idea. Pero, venga, el estómago no era el mío.
—Si quieren yo me la llevo —sugerí cuando Laureen estaba en la cocina buscando algo que comer. No estaba tan ebria como para desmayarse y perder la conciencia, pero, joder, no dejaba de hablar chorradas y menear las caderas —¿Sabes donde vive? Puedo pasar a tirarla.
—¿A tirarla? —Hannah arqueó la ceja, con cierta indignación.
Escuché a Adam carcajear desde la otra habitación, mientras hablaba con Laureen sobre lo mucho que odiaba el brocoli. Menudo tema. Parecían dos críos de Kindergarten. Si tan solo Adam supiera que estaba al lado de la chica que le quería cortar las bolas hace unos meses no se acercaría tanto a ella.
—Venga, la dejaré en la puerta.
La pasante torció el gesto y titubeó antes de responder.
—No sé que pensará su madre si la ve así.
—¿Qué? ¿Tiene dieciseis?
—La situación en su casa es... —se encogió de hombros —, delicada. Bueno, supongo que puede dormir conmigo y Adam podría dormir en el sofá.
Adam no tardó en aparecer.
—Ni de coña —espetó y abrazó la cintura de Hannah.
—¡Adam!
—Planeé esta noche de inicio a fin y se pone mejor. Creeme.
Hannah parpadeó, incrédula.
—¿Otra sorpresa?
Contuve la risa.
—Sexo —le señalé con el pulgar —. Ya deberías conocerlo. Tal vez se ponga tanga de leopardo.
—Ni de coña —contestó ella, esta vez.
Y al final, ambos se miraron con esa complicidad perturbante de las parejas que sabes que van a follar esa noche. Pero, había algo distinto a lo que vi la última vez. Eran otras personas. No llevaban esa carga en su mirada. Se me apretó el estómago al recordar a Becca. Tragué saliva con fuerza. Obvie las aves en mi cabeza —: Da igual, yo me llevaré al bulto.
—¿Dormirá en tu departamento? —preguntó Hannah.
Laureen apareció con un sandwich de, no sé. La verdad no sé que mierda le había echado a eso, pero no se veía apetitoso.
—¿De quien hablan? —preguntó la morena y, de inmediato, se lanzó a reír —: Ay, creo que esto no es mermelada. ¡Es Ketchup! ¡Ketchup con mantequilla de maní!
Los tres arrugamos la nariz en el acto.
—Creo que solo la dejaré durmiendo en el auto y le pagaré al conserje para que se haga cargo de ella. Yo me iré a una fiesta, con mujeres y alcohol.
—Bueno, con tal que esté segura es una buena idea —acotó Adam, seguro de sí.
Hannah, que ya se dirigía a auxiliar a su amiga, volteó con una mirada de relámpago sobre nosotros dos.
Levantamos la mano en son de paz.
—Vale, vale. Dormirá en mi apartamento.
—Era obvio que no hablaba en serio. Yo una vez dejé a una chica en el auto, pero fue con su consentimiento.
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Fuera de reglas ©
RomantikLaureen estudia medicina. Alex es abogado. Laureen vive su vida conforme a muchos planes. Alexander nunca ha tenido un plan, salvo ahora: Buscar a su hija. Alex quiere a Laureen. Y Laureen quiere a Alex. Pero, ninguno de los dos quiere salirse...