ESO QUE LLAMAN ARTE
LAUREEN
Cinco hombres con bata blanca que apenas recuerdo haber visto me observaban con el ceño fruncido sentados alrededor de un mesa redonda. Mi madre estaba al lado de uno de ellos. Mi padre, frente a ella, al otro lado de la mesa. Weasley cerraba los ojos intentando contener las ganas de intervenir, mordiéndose el labio inferior cuando mi padre señaló lo ridículo que ha sido al confiar en nosotros, refiriéndose a mi y a Wes como una pareja que, evidentemente, ya no existía.
—¿Estás segura de tu decisión? —interrumpe el hombre de cabellos plata en medio de los descargos de mi padre y los chasquidos de lengua de mi madre.
Asentí.
Siempre con la espalda erguida, pensaba.
Siempre, Laureen.
No te encorves.
Que nadie note que sus palabras te pesan más de lo que deberían.
—No es mi intención pertenecer a la dirección del nuevo hospital —aclaré la voz cuando la noté débil y continué, fingiendo firmeza —: Creo que el Dr. Weasley es suficientemente capaz de hacerlo solo, considerando que aun me quedan dos años para ser cirujana pediátrica y que, por esa razón y motivos personales, también dejaré la residencia en cirugía. Ya lo he pensado bien.
Wesley abrió los labios y no pudo evitar parecer asombrado. Yo creo que ninguno de los presentes esperaba esa última decisión.
—¿Dejarás tu carrera de medicina? —preguntó y sus ojos se abrieron como dos enormes naranjas.
Guardé silencio. Mi madre se cogió la frente hasta que sus dedos se deslizaron entre sus cabellos desgastados.
—Voy a ejercer como parte de los doctores de trauma en medicina de urgencias mientras me enfoco en otros proyectos personales.
Volví a aclarar mi voz.
—Es una pena. Hubieses sido una gran cirujana —dijo el Dr. Patterson con un suspiro y luego se limitó a mirar a mi padre con unos ojos que eran capaz de atravesarlo —. Tu padre nos había hablado de algo diferente. Una chica capaz de ser parte del equipo de este hospital.
—Lo soy, pero no quiero —contesté sin pensar y ahora quien me quería liquidar con la mirada era mi padre.
—¿Hay algo más que decir? Me quiero retirar —dice mi madre.
El doctor de lentes redondos tal Harry Potter, acomoda sus gafas y se inclina hacia adelante para leer con detención los papeles sobre la mesa.
—Dado el caso, ustedes podrán decidir si deciden continuar con el hospital solo con Weasley o proponen a alguien que pueda acompañarlo en este proceso. Son cuatro años de mucha carga laboral, tal vez sea adecuado que...
Mi madre levantó la mano y la movió de un lado a otro, en negación.
—Lo conversaremos como familia. Luego decidiremos —dijo, cansada.
—Laureen, te lo vuelvo a preguntar, ¿estas segura de tu decisión? Entendemos que quizá, hay cosas que quieres pensar y nadie te va a juzgar si estás pasando por alguna fase en que necesites replantear tus cosas. Puedes pensarlo y luego volver a nosotros en una semana. Sería una lástima que abandonaras tu carrera sin haberlo pensado con detención —El Dr. Green muestra mucha más compasión que mi madre la noche anterior.
—Muchas gracias, Dr. Green. Pero, ya estoy en camino a tomar otra dirección.
Asintió sin decir más.
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Fuera de reglas ©
RomanceLaureen estudia medicina. Alex es abogado. Laureen vive su vida conforme a muchos planes. Alexander nunca ha tenido un plan, salvo ahora: Buscar a su hija. Alex quiere a Laureen. Y Laureen quiere a Alex. Pero, ninguno de los dos quiere salirse...