Capítulo 37. El momento indicado

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Los primeros años juntos fueron algo sacrificados, Luis tuvo que dejar las carreras para siempre, no pudo con tanto, Altagracia se arregló con sus padres e iba a la empresa de vez en cuándo para emplear lo aprendido en la universidad, pero tampoco se la pasaba allí, debía viajar a otras ciudades para presentarse en el piano y Luis la acompañaba gustoso, poco a poco el dinero comenzó a entrar, pues con el sueldo de ambos pudieron darse varios lujos, cómo regalo de luna de miel atrasada hicieron turismo en Argentina, fue el primer viaje grande que hicieron.

Pero al regresar, Altagracia tuvo que dejar atrás lo de ser cantante, aún así se quedó con las canciones que había grabado, las tenía en un cd pues a Luis le pareció un bonito recuerdo, fue un golpe algo duró pero por suerte tenía a su lado a un buen hombre que llegó a casa con helado de chocolate y ganas de ver esas películas cursis, poco a poco comenzaron a planificar la casa, aún no en papel pues debían encontrar una propiedad primero pero la idea ya había nacido, ambos querían tener un jardín enorme pues al vivir en un edificio no lo poseían, su única oportunidad para sentir un poco de aire fresco era yendo al parque, a pesar de los acontecimientos no tan buenos ya mencionados ellos se la pasaban con una sonrisa en la cara.



- Ay Altagracia gracias por aceptar cuidarla por unas horas, me salvaste la vida -- dice Sofía -- Se que José Luis y tú ahora están muy ocupados

- No se preocupé -- sonríe -- Hoy era mi día libre, nos la pasamos en el estudio pintando

- Si mami -- le enseña varias hojas -- Altagracia me enseñó a dibujar las olas de mar

- Vaya! Que bonito corazón -- sonríe -- Por qué no te adelantas? Debemos salir en un rato

- Está bien -- asiente -- Adiós Altagracia! -- se despide con la mano

- Discúlpame no sabía que era tu día libre -- insiste

- Relájate Sofía -- le resta importancia -- Nos conocemos desde hace cuatro años, Aurora no es ninguna molestia, debo agradecerte por prestarmela -- ríe -- No me estaba sintiendo bien y ella llegó para levantarme el ánimo

- Puedo hacer algo por ti? -- indaga -- En lo que llega José Luis

- No, tranquila, debe estar por llegar -- revisa la hora -- En unos 10 minutos más o menos

- Bueno, cualquier cosa sabes que puedes llamar -- avisa -- Saldré de casa dentro de una hora

- Está bien, pasenla bien -- se apoya en la puerta

- Hasta luego -- se despide



Luego de cerrar la puerta camina hasta la cocina para buscar la taza de té que dejó sobre la isla, se estaba sintiendo algo mareada desde hace un rato, no le sorprendería que ahora saliera enferma, esa última semana se la pasó de un lado para el otro con la empresa y la universidad, sentía un leve dolor en el vientre pensó que tal vez estaban cerca sus días de monstruacion, lo mejor era quedarse quieta en el sofá, mientras bebía de su té se dispuso a ver un poco de televisión, unos 15 minutos después el sonido de las llaves se escuchaba fuera de la puerta, señal de que Luis había llegado, al entrar se quita el saco dejándolo sobre uno de los sillones cuándo la nota ahí acostada con los ojos cerrados.



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