Capítulo 39. Peleas en el sofá

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Ese mismo año compraron un enorme terreno en un vecindario que iba comenzando, estaba ubicado en una buena zona, por ahí estaba el parque dónde se conocieron, ambas constructoras quedaban cerca y pues la universidad no estaba muy lejos tampoco, aprovechando las palabras del padre de Luis, quién había prometido ayudar con lo que fuera, utilizaron los servicios de la constructora Navarrete, claro que el padre de Altagracia no quería quedar afuera, desde ahí nació aquella sociedad, ambas constructoras se unieron para construir la casa, fue el primer proyecto oficial, ambos estaban felices ya que así se terminaría más rápido, era necesario cambiar de aires pronto, el departamento era lindo pero la idea de ser papás aún estaba allí, en ese lugar no se podría.

Para el siguiente año se dedicaron a trabajar lo más que se podía, ya que debían amueblar esa casa tan grande, claro que en esos cuatro años pusieron una cuenta en el banco que era enteramente para la casa, sólo que no esperaban que la primera casa resultará ser tan grande, de todos modos la emoción de tenerla ya materializada les dejaba con una sonrisa eterna en los labios, Altagracia casi ya no podía pintar pues mucho tiempo no tenía, si debía escoger entre la pintura y Luis pues se quitaba la blusa, la falda y a la cama con el marido, Luis aún conservaba su moto en el estacionamiento del edificio, a veces la utilizaba en los fines de semana, llevaba a Altagracia fuera de la ciudad por unas horas.




- Me gustan nuestras puertas corredizas -- comenta mientras pasea por la gran sala -- Pero amo nuestro jardín -- lo abraza de la cintura

- Lo vas amar más cuándo lo arreglen -- sonríe

- Nos consigues imaginar aquí? -- se sienta en el piso -- Ya con todos los muebles

- Pero claro que sí -- la imita -- Tú estarías en ese rincón, tomando café con una cobija sobre tus piernas cuándo el invierno llegué y yo -- se gira -- Vendría de la cocina con galletas

- Uy! Galletas y café -- ríe -- Que rico

- Nuestros hijos estarían arriba -- le roba varios besos -- Dormidos en sus cuartos

- Tú y yo aquí solitos eh -- sonríe -- Que planeas hacerme?

- Darte besos y manosearte obvio -- la trae cerca -- Tendremos que aprovechar esos minutos sólos

- Luis aquí hay gente trabajando -- lo toma de las mejillas -- Cuidado con lo que vas hacer que ellos pronto trabajarán para nosotros

- Mejor dame un beso -- sonríe -- Ignoralos por unos segundos

- Sólo unos segundos? -- murmura rozando su boca con la de el




Después de varios besos se dedicaron a supervisar, pues mucho no faltaba para que la obra finalizará por completo, luego de allí fueron a ver los muebles que iban a necesitar, pasaron casi toda la tarde allí, eligiendo muebles que combinarán con el color de la sala que mañana pintarían, las habitaciones ya estaban listas por lo que esos muebles fueron encargados de una vez, tres de ellas serían amuebladas totalmente, para al menos decir que existían dos habitaciones para huéspedes, Magda se vendría con ellos así que también debían amueblarle la suya, cómo ella estaba casada con Matamoros pues obviamente también el vendría, digamos que ella se los robó, pues Lucía no quería despegarse de su mejor cocinera pero así alguien tendría los ojos en esos dos por lo que terminó aceptando.

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