Capítulo 38. Perdóname

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- Quién toca el timbre cómo si no hubiera mañana? -- murmura adormilada

- No lo sé -- la abraza -- Pero tal vez no sea aquí

- Amor si es aquí -- sonríe -- Iría yo pero tengo reposo

- Ya voy -- la besa -- Buenos días por cierto

- Buen día cielo -- se cobija




Se levanta de la cama poniéndose las pantuflas, el timbre seguía sonando y sonando pero no acabó allí, ahora habían toques en la puerta, con un caminar lento y pausado atraviesa la sala mientras se tallaba los ojos, antes de abrir la puerta bosteza apoyándose en ella, anoche no durmió mucho pues cada tanto cuidaba de que Altagracia estuviera bien, por si sentía dolor o malestar, al abrir la puerta se encontró con Doña Amanda visiblemente enojada, prácticamente lo empujó para abrirse paso en el departamento.



- Por qué no me llamaste anoche!? Mi nieta fue hospitalizada y me enteró por la empresa! -- se queja

- Buenos días -- bosteza cerrando la puerta -- Ella no quería que llamará a nadie, está dormida en el cuarto

- Que fue lo que le paso? Por qué terminó en el hospital? -- cruza los brazos

- Quiere café? -- camina a la cocina -- Yo no puedo decirle nada, despierte a su nieta y pregúntele!

- Que humor eh muchacho! -- va al cuarto

- Me despertó a los timbrazos -- se queja -- Luego me regaño



Altagracia dormía tranquilamente abrazando la almohada de Luis, por suerte durante la noche no sintió dolor, aún no se tomaba los analgésicos por esa razón, tenía tres días de reposo Luis se quedaría con ella para cuidarla esos días, su plan era guardarse esto porque no quería preocupar a nadie, además de la lástima que sentirían por ella, era mejor ocultarlo, es un asunto sólo de dos de todos modos, pero no esperaba que su abuela la despertará a los gritos bien preocupada por lo que había pasado anoche.



- Cómo te enteraste? -- se sienta aún adormilada

- Iba a visitarte en tu oficina, llamé para saber si estabas muy ocupada y me dijeron que tienes reposo de tres días -- se sienta -- Que ayer fuiste ingresada al hospital

- Que chismosa es mi secretaria -- niega haciendo para atrás su cabello

- Dime que fue lo que pasó -- la ve -- Me tienes toda preocupada niña!

- Prometeme que esto va a quedar entre nosotras -- suspira -- Por favor

- Es tan grave? Dime que no es cáncer -- dice aterrada

- No abue -- sonríe leve tomando su mano -- Ayer no me estaba sintiendo bien, Luis tuvo que llevarme al hospital por dolores fuertes

- Apendicitis? -- la ve

- Tuve un abortó abue -- suspira -- Yo no lo sabía, fue una sorpresa algo fea

- Mi amor -- la abraza -- Lo siento mucho

- Tranquila, estoy bien -- soba su espalda -- No era el momento de todos modos, Luis y yo recién estamos viendo terrenos, queremos esperar hasta que tengamos la casa

- Eso no quita que te duela -- se separa -- Sabes que no es tu culpa verdad?

- Si pero aún así me siento estúpida -- admite -- Cómo diablos no me di cuenta? Tenía a un bebé en mí abue, yo debí saberlo

- Hija no eres adivina -- quita unos mechones de su rostro -- A veces los síntomas tardan en aparecer o directamente no lo hacen

- Abue -- toma aire -- Podrías salir? No quiero seguir llorando y hablar de esto -- se calla

- Llorar sirve -- la toma de las mejillas -- Saca todo ese dolor

- Siento que el pecho me va a explotar -- admite dejando salir las lágrimas -- De tanto dolor abue

- Ven aquí -- vuelve a abrazarla -- Lo sé, aquí estoy para ti -- la consuela

- Duele abue -- solloza -- Debiste ver la cara de Luis, por un momento fue emoción pero cuándo no pudieron parar la estúpida hemorragia...

- El sabe que no es tu culpa cielo -- suspira -- No es culpa de nadie

- Se preocupó mucho -- toma aire -- Casi no durmió anoche

- Lo noté por sus ojeras -- soba su espalda -- Escuchá, vas a estar bien y pronto cuándo ustedes lo decidan serán papás -- besa su cabeza



Mientras Doña Amanda se dedicaba a hacerla sentir mejor, alivianando un poco la perdida, Luis preparaba el desayuno ya menos dormido, aún no procesaba todo lo que había visto ayer, no culpaba a Altagracia en lo absoluto sólo que el pensó que saldría de ese hospital con un susto grande, su esposa y el primer bebé a la espera, a pesar de que el resultado no fuera ese estaba contento de que su esposa no estuviera hospitalizada o con un estado algo grave, estos días los aprovecharía para poder sanarla, darle amor y atención, para el esa era la manera de superar esto, luego de varios minutos fue con la charola hasta el cuarto, Doña Amanda no le había respondido lo del café pero aún así le hizo uno, estaba seguro que ni se tomó el momento para desayunar antes de venir.

Le hicieron compañía durante toda la mañana, luego Doña Amanda fue a preparar el almuerzo así los dejaba un tiempo sólos, Luis se acostó a su lado acariciandole el cabello mientras veían una de esas competencias de repostería, normalmente disfrutaban de aquel momento pero hoy se sentía distinto, necesitaban la compañía del otro pero de aquí no salía amor, algo de tristeza si, también dolor, el lo notaba por eso se esforzaba al doble para hacerla sentir mejor, aunque el tampoco estuviera bien del todo, la más afectada pues era ella, odiaba está situación pues no podía hacer mucho, no dependía de el.



- Más tarde podríamos salir un momento al balcón que tienes en tu estudio -- sugiere -- Para agarrar algo de sol y aire

- Podemos ir antes de que sea el atardecer -- se acomoda en su pecho -- Se ve bonito desde allí

- Pondré tus cojines allí entonces -- sonríe leve -- El piso estará caliente cómo para sentarnos

- Cielo... -- levanta el rostro -- Estás bien? Sé que te preocupas por lo que yo sienta pero -- toma aire -- Y tú? Cómo te sientes?

- Impotente -- admite -- Quisiera quitarte todo el dolor que traes -- suspira -- Amor no necesitas guardarte nada, aquí me tienes, yo sé y entiendo por lo que estás pasando

- Lamentó mucho todo esto Luis -- dice sincera -- Así no es cómo debíamos enterarnos que seríamos papás -- mira el techo -- Minutos después ya no lo eramos

- Linda -- acaricia su mejilla -- No hagas eso -- la besa varias veces -- Si tienes que llorar hazlo, llorare contigo

- Lo siento -- se endereza abrazandolo por el cuello -- Perdóname amor

- Perdóname tú a mi -- la aferra a el dejando salir unas cuantas lágrimas -- Mi deber es cuidarte y no lo hice como debía

Tiritas del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora