Capítulo 48. Acostumbrados?

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Cerca de un mes después, recibieron la invitación o más bien la orden de ir hasta la casa de Matías, hermano de Luis, al parecer algo serio estaba pasando por lo que se requería a la familia más cercana, aunque los dos estuvieran saturados de trabajo vieron esa escapada cómo una oportunidad, Altagracia quería huir de su madre y abuela, además de su tía que insistía en querer contarle algo, Luis sólo quería tiempo de calidad con su esposa así que haría el esfuerzo de no armar escándalo en esa reunión, después de varias horas en el coche, obviamente ninguno de los dos condujo, mandaron un chofer por ellos, así no ocupaban a Matamoros pero eso apuntaba a que tal vez deberían de pasar unos días en esa casa.

Llegaron prácticamente a la hora del desayuno, pudieron irse en una avioneta pero lo del chofer los tomó desprevenidos, ambos venían vestidos con la ropa del trabajo, claro que del día anterior, Altagracia tuvo una reunión importante con socios, ya tenía su cuerpo prácticamente recuperado por lo que volvía a utilizar esos vestidos que su marido tanto amaba, luego de traspasar la puerta de la gran casa/hacienda lo que fuere, sus maletas son llevadas hasta lo que ellos suponían era su cuarto no? Una simpática señora los encamina hasta el comedor, ahí ya se encontraban sus cuñados, sólo faltaba Don Manuel que no tardó demasiado en unirseles, el insistió en sentarse junto a ella, alegando que tenía cosas que hablar con ella, Luis no estuvo muy de acuerdo pero al ver que Altagracia aceptó no le quedó de otra que imitarla.




- Les costó mucho llegar? -- pregunta Karina para quebrar el clima tenso

- Amor -- interrumpe Matías -- Papá insistió en mandarles un chofer, para que no se perdieran

- Ah -- asiente apenada -- No sabía

- No te preocupes -- se adelanta Altagracia al ver la cara de pocos amigos que su marido ponía -- Fue un bonito trayecto, viven al rededor de mucho verde, es bonito -- sonríe -- Cielo, quieres café? -- toma la cafetera

- Muchas gracias, Matías y yo queríamos un lugar alejado de la ciudad -- da de hombros -- Nuestro pedacito de tierra

- Si quiero -- asiente pasandole su taza -- Fue un viaje largo

- Lo entiendo -- alza un poquito la voz para opacar su comentario mientras le sirve -- Luis y yo estamos planeando comprar una hacienda también, para tener a dónde escapar los fines de semana o en vacaciones

- Si lo hacen no se van arrepentir -- acuesta la cabeza en el hombro de Matías -- El aire es distinto, se siente tan bien

- Es un buen lugar para criar niños -- comenta Don Manuel

- No quiero ser grosero -- dice directo luego de colocarle azúcar a su café -- Pero por qué nos hicieron venir hasta aquí? Casi no dormimos en la noche, ni siquiera nos permitieron darnos una ducha, cuál es la noticia tan urgente que nos requiere a todos aquí en la mesa -- se cruza de brazos

- Bueno si supieras esperar -- lo encara -- Estamos todos aquí por qué seré abuelo!

- Qué? -- frunce el ceño

- Karina y yo queríamos esperar un tiempo más -- sonríe -- Pero ya sabes cómo es papá

- Es en serio? -- dice incrédulo viendo a su padre

Tiritas del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora