Capítulo 55. La quiero para mí

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- Regina no estás solá -- se acerca a la cama -- Tienes a Daniel, a la abuela aquí -- toma asiento

- Podrías dejarnos un momento abuela? -- la mira

- Si, yo iré a ver que tal están allá afuera -- dice antes de salir

- Ninguno puede entenderme cómo tú -- toma su mano -- Estoy aterrada Altagracia

- Regina -- suspira -- Lo que sientes es normal, pero se te va a pasar, no me necesitas aquí

- Yo hubiera estado contigo cuándo lo de Dani -- la ve -- Si me lo hubieras pedido, iba a sostener tu mano y a decirte que todo iba a estar bien, no me dejes ahora si? Por favor, eres mi hermana

- Está bien -- asiente -- Estaré aquí hasta que mi sobrina nazca -- sonríe leve -- Ya puedo llamar a Daniel? Se veía muy preocupado y de paso le aviso a Luis

- Está bien -- la suelta

- Ya regresó, sólo dedícate a respirar -- camina hasta la puerta -- Daniel!

- Ya? -- se levanta de golpe

- Que yo sepa no, pero puedes pasar a preguntarle -- sale de la habitación

- Ya nos vamos? -- aparece Luis con el café

- No cielo -- va a el -- Regina me quiere en el parto

- Segura que quieres estar ahí? -- se lo entrega

- Está asustada -- mira el café -- Tal vez la pueda ayudar en algo

- Bueno, yo estaré aquí afuera con tu abuelo entonces -- sonríe -- Cualquier cosa sólo salte

- Eres lo máximo sabías? -- le da un sorbo a su café

- Lo sé -- dice con aires de grandeza -- Bueno ve, antes de que te manden llamar




Media hora después Doña Amanda y Altagracia trataban de hacer que Regina se calmara, mientras que Lucía lo intentaba con Daniel, el estaba cagado en las patas cabe aclarar, tan sólo minutos después llegó la obstetra para revisarla, avisó que ya cumplía con los diez centímetros por lo que debía comenzar a pujar, esa simple última palabra jodio todo el avance que habían logrado, se entendía Regina estaba aterrada, era su primera hija, pero Altagracia estaba cansada, ya casi eran las cuatro treinta de la mañana y mañana tenía que trabajar, por lo que su voz comprensiva pasó a ser una autoritaria, diciendole a Regina todo lo malo que podía pasar si ella no empezaba a pujar.





- Yo sé que da mucho miedo -- la endereza -- Pero es peor cuándo no escuchas el llanto de tu bebé, así que vas a pujar Regina después puedes llorar todo lo que quieras si?

- Se le acabó la paciencia -- ríe Doña Amanda

- Muy bien Regina -- dice la obstetra -- A la siguiente contracción quiero que empujes si?

- Está bien -- responde en medio de su llanto

- Ya dejá de llorar -- pide más tranquila -- Quieres que tu hija te conozca así? Con los ojos hinchados y rojos?

- No -- niega secando sus mejillas -- Pero me gritaste feo

- Es que estoy cansada Regina -- la abraza de lado -- Perdóname si?





Luego de que la contracción llegará Altagracia la incentivo a empujar, así se fueron 20 minutos, Daniel tuvo que sentarse para continuar a su lado pues ya se estaba sintiendo mal, la cabeza de la bebé se habrá asomado unas cuatro veces fácil pero Regina justo en en ese momento decidía tomarse un descanso retrasando más su llegada al mundo pero pronto el dolor comenzó a incrementarse más, dándole ese impulso que le hacía falta para que continuará pujando, varios minutos después la obstetra aviso que ya la cabeza estaba saliendo, le preguntó si quería ver o tocar, Regina estúpidamente respondió que si aunque Altagracia le dijo que no era una buena idea.





- Regina créeme que esto no es bonito -- la sostiene -- No lo quieres ver

- Es mi hija! -- gime

- Yo sé! Si fuera mía estaría en tu lugar Regina -- ríe





Finalmente terminó usando el espejo, intentó dejar de pujar pero no le sirvió de nada, Isabela llegó a las cinco de la mañana del viernes 28 de enero, Daniel terminó en el piso justo antes de que naciera, Lucía tomó su lugar en ese momento, después de varios minutos todos pudieron entrar para ver a la nueva integrante de la familia, Luis se quedó en un rincón junto a su esposa abrazandola de la cintura, no necesito decir nada para adivinar lo que pasaba por su mente, se quedaron otro poco pero está vez ya sentados en el sofá, los abuelos se retiraron al igual que Doña Amanda y Don César, Daniel los acompañó a todos hasta la salida, Regina optó por darse una ducha, la enfermera había venido justo para eso, Isabela estaba acostada en esa cuna transparente, de la nada comenzó a llorar haciendo que el instinto maternal de Altagracia apareciera.





- Ya no llores -- la toma en brazos -- Aquí estoy -- sonríe leve cobijandola

- Parece que le gusta estar contigo -- comenta Luis -- Esta dejando de llorar

- Seguro no le gusta estar solá -- la mece -- Desde ahí no puede ver a nadie

- Te ves muy bonita con ella en brazos -- sonríe levantándose -- Hola princesita -- susurra viéndola por encima de su hombro 

- Tiene las manos lindas -- toma una de ellas -- Regina las tenía así de bebé

- Te acuerdas de eso? -- besa su mejilla

- Si -- se recarga en el -- Recuerdo perfectamente cuándo trajeron a mi hermana a la casa, no la quise enseguida

- Ah no? -- ríe

- Es que mi papá se la pasaba más con ella, era obvio, mamá paso por una cesárea así que no podía levantarse mucho -- observa con detalle su pequeña carita -- Ahí fue cuándo empecé a ser la consentida de mis abuelos, ya que mis papás no me hacían caso

- Pobrecita -- la abraza de la cintura -- Te dejaron olvidada

- Pero después de una semana, papá me dejó cargarla, desde ese momento siempre la protegí -- da de hombros -- Era mi hermanita

- Bueno continúas protegiendola a tu manera -- le sonríe a Isa -- La acompañaste en esto, aunque no te sentías preparada

- Y si salimos de esté hospital? Podemos llevarnosla -- lo ve -- Escapamos al extranjero

- Mi amor! -- ríe negando -- Iremos presos

- Bueno la idea pasó por mi mente, quería saber si me apoyarías -- vuelve su atención a la bebé -- Pero cómo no lo harás, no la puedo robar -- hace puchero -- Verdad que tú te quieres ir conmigo princesa?

- No le quieras lavar el cerebro a nuestra sobrina -- la reprende

- Dile a tu tío que mis brazos son más cómodos que los de tu mami -- dice con su voz tierna

- Isa dile que no -- acaricia su cabello negro -- Así, no tía, yo tengo que estar con mis papás, sino haré berrinche!

- No escuches a ese bobo -- ríe -- Verdad que tú te quieres ir conmigo, puedes hasta pasar cómo hija de los dos

- De que puede, pues puede -- concuerda -- Pero aquí hay cámaras, si nos la llevamos sabrán que fuimos nosotros

- Bueno esperaré hasta que se la lleven a su departamento entonces -- bromea -- Va a ser más fácil, me voy con un bolso algo grandecito y la meto allí





#Maratón

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