Capítulo 29. Feliz Cumpleaños

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Durante los días que paso en casa de Luis se pusieron al día con todo, estaban allí prácticamente sólos pues el señor Manuel estaba en su despacho o en la constructora, aún así algunas veces se saludaron y charlaron sobre los detalles que quedaban de la boda, el parecía un tanto emocionado por aquel acontecimiento pero no por los motivos que ustedes creen, la constructora Navarrete no tenía un legado tan extenso cómo la Sandoval y con la unión de ambos herederos tal vez se podría realizar un acuerdo para que ambas constructoras trabajarán en conjunto, eso significaba más dinero en el bolsillo, el día del cumpleaños de Altagracia llegó, Luis con la ayuda de Clarita le prepararon un buen desayuno sorpresa.

Le cantaron las mañanitas antes de comenzar con el, pues tendrían un día algo ajetreado, escogerían las flores que adornarian el lugar, verían algunas opciones de trajes juntos pero Luis terminaría eligiendo uno que ella no viera, aún así quería su opinión y bueno modelarle un poco es verdad, saliendo de allí fueron a la casa de los abuelos ya que ellos los acompañarían, después de que se saludaran tan cariñosamente entre todos parten en busca del traje, de pasó Don César se compraría uno también era una ocasión especial, probaron varios tonos de grises aunque Luis se veía muy bien no convencía pues parecía que iba a una reunión de la empresa y no a su boda.



- Es que tiene que ser un color que vaya bien con toda nuestra decoración amor -- ríe -- Recuerda que nos sacaremos fotos al aire libre también, creó que el gris no es una buena opción

- Entonces negro? -- suelta los botones de la manga

- Si, el negro iría bien -- sonríe yendo a ayudarlo -- Aún así todos te quedaron muy bien amor

- Lo sé -- ríe besando su mejilla ya que eran observados -- Te amo

- Y yo a ti -- acaricia su mejilla



El negro de verdad quedaba bien en el pero mientras Alta ayudaba a Don César, Doña Amanda iba con Luis por ese traje azul que había llamado tanto la atención del novio, de verdad era un traje demasiado bonito e iba a ir excelente con el tipo de vestido que Altagracia quería, aprovechando los minutos de distracción el se lo prueba enseñandoselo a Doña Amanda quién indudablemente estaba encantada, tenían que hacerle un par de correcciones porque le quedaba algo grande pero eran pequeños detalles que se resolvían en un día o dos, con el asunto del traje resuelto pasan a escoger las flores, las del ramo y obviamente la decoración.

Pasan el día literalmente en eso, la boda estaba cerca, por eso la prisa en tener todo bien cubierto, al final del día tenían una muestra de cómo se verían las invitaciones de la boda, quedaron que mañana irían a almorzar con los abuelos porque Luis quería llevarla a cenar, aceptaron pues pronto sólo serían ellos dos, regresaron a la casa de Luis dónde juntos se arreglaron para la ocasión, se encargó de hacer la reservación en la mañana, no era un super restaurante de los que tenían un candelabro de cristal y ese tipo de cosas pero era un lugar bastante lindo, ambientado a lo rústico con las mesas de madera, casi no habían paredes pues eran puras ventanas dejando el lugar a la vista, las luces eran varios focos juntos que aunque pareciera que no alumbrarian lo suficiente te demostraban todo lo contrario.

Pero no irían directamente al restaurante, cerca de allí estaba un teatro dónde se presentaban pianistas, violinistas y demás, no sólo iban a oír música clásica sino que también jazz, sabía que a Altagracia le gustaba este tipo de cosas por eso también compró boletos, cuándo ella supo a dónde iban se puso muy feliz, obviamente tuvieron que arreglarse para estar a la altura, Luis se decidió por unos pantalones de vestir negros, una camisa blanca que dejó los tres primero botones sueltos, también se llevó un saco pero eso sólo era por si hacía frío, Altagracia se coló un vestido negro de tirantes con escote en V unos aretes que se compró en Oaxaca rojos, maquillaje sencillo y tacones a juego con el vestido.

Llegando al teatro se dedican a buscar sus asientos que se encontraban en el medio, eran unos que dejaban ver perfectamente el escenario, quedaban cómo unos 10 minutos para que diera inicio el espectáculo, le daba algo de tristeza que el lugar no estuviera repleto, los únicos joven eran ellos más otra pareja, el resto eran personas de 40 para arriba, todo tipo de música debía ser apreciada pero bueno, fueron las mejores dos horas invertidas, hasta Luis se divirtió, mientras iban saliendo de allí surgió una pregunta que los dejó pensando por varios instantes, caminaron de las manos hasta el restaurante que estaba a tan sólo dos cuadras, llegando fueron encaminados hasta su mesa, en la que Luis se tomó la molestia de correr la silla para ella.



- Tengamos un baile amor -- sonríe -- Es verdad que no pensamos en eso

- Parece que teníamos que venir a un concierto para que se nos ocurriera -- ríe tomando su mano -- Pero quiero algo más, además del baile

- A ver -- juega con sus dedos -- Que quieres mi vida?

- Que me cantes -- sonríe -- Tú escoge la canción que quieras y el momento

- Ay amor -- dice enternecida -- Bueno te voy a complacer

- Quisiera que la boda sea ya -- besa su mano emocionado -- Tengo una sorpresa para ti en el departamento

- En serio? Mi vidaa! No necesito nada más que a ti -- hace un puchero

- Te va a gustar -- sonríe

- Ay ahora voy a tener que esperar pacientemente hasta la boda -- se queja -- Por que me haces eso?

- Es divertido -- ríe

- Para ti obviamente -- rueda los ojos

- El anillo te queda espectacular -- sonríe viéndolo -- Tengo buen gusto

- Ay no! El ego pues -- ríe



El mesero llega interrumpiendo su charla dejándoles la carta, no tuvo que irse pues decidieron rápido lo que iban a comer, por ser menores la bebida tuvo que ser jugo pero no importaba mucho, continuaron luego de que el se fue, Luis le contó todo lo que tuvo que hacer para conseguir la medida exacta de sus dedos, ya que cuándo compró el anillo a simple vista se veía grande pero lo pudo comprobar mientras ella dormía, sip se lo puso, lo cuál la dejo en shock, así fue cómo descubrió que tenía el sueño muy pesado, luego de cenar el mesero regresó con un postre al que le puso la velita de cumpleaños, le deseo una buena velada y se retiró dejándolos sólos.



- Déjame documentarlo -- saca una cámara chiquita

- Luis! Dónde la tenías escondida? Te abrace y no la sentí! -- niega

- En el saco -- ríe comenzando a grabar -- Primer cumpleaños comprometidos con la boda muy cerca

- Mi amor -- sonríe -- Te pasas

- Pide un deseo pulga -- la enfoca

- A ver -- se lleva la mano al mentón -- Listo -- sopla la vela

Tiritas del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora