Capítulo 42. Dudas

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Durante esa semana, no se tomó pastillas y mucho menos se inyectó, al principio fue un poquito difícil, tuvo que luchar con su ansiedad que le recordaba cada rato lo importante que era ese tratamiento pero luego estaba Luis que la hacia pisar tierra, ahora mismo estaban en la oficina de Altagracia, acostados en el sofá casi desnudos, tuvieron que detenerse porque parecía que alguien iba a tocar la puerta, obviamente pusieron el cerrojo pero si fueran a tocar debían de vestirse rápido y atender, aún era horario laboral, aunque faltarán varios minutos para el almuerzo, pero Luis no conseguía quedarse quieto, repartiendo besos en su cuello, senos y metiendo mano bajo su falda.



- Espérate -- sonríe -- Mi amor, detente

- No vendrá nadie cielo -- dice mañoso -- Saben que estoy aquí contigo -- besa su boca

- Pero me iban a traer una carpeta -- murmura cerrando los ojos -- Es importante...

- Más importante que lo de ahora? -- sonríe

- Desnudame -- dice decidida

- No se diga más -- baja el zipper de la falda



Dejaron la ropa en un rincón volviendo a los besos y caricias pero volvieron a detenerse está vez por Altagracia, se puso pálida de la nada, Luis tuvo que alejarse algo preocupado, a los poco fue recuperando color pero tenía en su rostro aquella mueca que hace al tener ascos, fue por un vaso de agua helada, tal vez le ayudaba un poco pero al acercarse ella se llevó la mano a la boca negando enseguida mientras le hacía señas para que se alejara.



- Dejá quitó la ropa del piso -- ríe -- Si vas a vomitar que sea lejos de ella

- Es tu perfume cielo -- se recarga en el sofá -- Me da náuseas

- Pero si es el que te encanta -- cruza los brazos -- Me lo regalaste tú

- Cielo, soy más hormonas que persona -- toma aire -- Te haces más sensible a los olores, al gusto también

- Bueno y que hago? Voy y me mojó el cuello con agua y jabón? -- sugiere

- Porfa -- asiente

- Sólo tú me haces ir a lavarme con una erección Altagracia -- va al baño

- Uhg tengo el olor del perfume -- va por unas toallitas húmedas que tenía en el cajón de su escritorio

- Linda está no es la primera vez que sientes ascos -- regresa secándose el pecho con una toalla -- No será que...

- Si me hago la prueba las hormonas pueden darnos un falso positivo -- se gira

- Entonces cuánto debemos esperar para saber? -- se acerca

- Una semana más tal vez -- le roba un beso -- Pero ya no uses perfume

- Anotado -- la sienta en el escritorio -- Ahora será que puedo cumplir con mi papel de marido candente?

- Puedes -- ríe



Finalmente pudieron quitarse las ganas que se traían desde la mañana, almorzaron en un lugar que quedaba cerca de allí y ya después les tocó separarse, Altagracia saldría a las seis de la tarde, Luis vendría por ella cómo todos los días, sólo que dos horas antes recibió la visita de Eunice que llegó justo cuándo ella andaba hablando con la obstetra que estaba dirigiendo su tratamiento de fertilidad, se saludaron con la mano cuándo la vio atravesar la puerta, luego se dedicó a escuchar la conversación por la cara de Altagracia parecía algo sería la cosa pero no sabría descifrarla ella se ponía sería al prestar atención también así que sólo podría ser eso.



- Entonces debo ir para allá? -- juega con su pluma -- No, ya sé que ilusionarme es lo peor que puedo hacer -- sonríe leve -- Pasó por allá en estos días entonces -- asiente -- Gracias, hasta luego -- cuelga

- Te van a subir la dosis? -- va a ella besando sus mejillas

- No, decidimos suspender el tratamiento, el día que nos regresamos -- amarra su cabello

- Y eso por qué? -- toma asiento

- Me estaba haciendo mucho daño -- suspira -- Hacer humanitos es tan difícil

- Ay amiga -- toma su mano -- La llamada por qué fue? Acaso tu obstetra no sabía que dejaste el tratamiento

- Se lo dijimos ese mismo día -- da de hombros -- He estado sintiendo ascos horribles pero no me puedo hacer la prueba

- Marcaste una ecografía entonces? -- la ve -- Tú crees que ya?

- Si la marqué -- humedece sus labios -- Eunice no importa lo que yo crea, antes de viajar pensé que si y eran las malditas hormonas nada más

- Bueno pero si pediste la ecografía es porque tienes una pequeña duda no? -- sonríe

- Pues si -- admite -- Pero tampoco quiero llenarme la cabeza de ilusiones, ni llenar la cabeza de Luis

- Lo sé -- asiente -- Pero ahora cuéntame cómo les estuvo yendo está semana

- Pues bien -- sonríe -- El es maravilloso, no tengo quejas

- Ay el amor! El amor -- ríe -- Seguro andan de arriba abajo cómo conejos

- Arriba, abajo, de costado -- ríe -- Cómo sea pero pues si, Venecia fue lo mejor, ya había superado lo de ya sabes pero me sentí más libre estando allá

- Es que te desconectaste de todo -- dice obvia -- Pudiste descansar realmente

- Descansar lo que se llama descansar pues no -- sonríe pícara

- Ya dejá de restregarme tu maravillosa vida sexual en la cara! -- la regaña

- Con quién más voy a presumir si no es contigo -- cruza los brazos

- Bueno pero me haces sentir mal! -- ríe -- Por ahora no tengo un super amante, estoy trabajando pero respondeme algo

- A ver, preguntá -- se recarga en su silla

- Lo tiene grande? -- se interesa -- Digo tienes la piel muy bonita, sexo malo no tienes

- Nosotros necesitamos un poquito de toqueteo antes de ir a lo que nos interesa -- se muerde el labio -- Por qué sino me lástima

- Ya veo por qué te casaste -- niega -- No se apoyan con lubricantes?

- Cuándo será en el cuarto pues si -- asiente -- Nuestra primera semana viviendo juntos tuve que tomar varios relajantes -- ríe -- Dolía salir de la cama o sentarme

- Si va a ser así también me caso -- dice decidida

- Seré la madrina -- le sigue el juego


Al llegar la hora de salir Luis se sorprende un poco al verlas juntas pero sus planes no cambian ya que Eunice debía ir a buscarse un amante, ellos se regresaron a casa dónde el tenía planeado una cena sólo para ambos, Magda se retiraría junto con Matamoros a su casa por lo que tendrían la casa libre.

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