Capítulo 67. Dos o más

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Al final Altagracia nunca pudo regresar a la constructora, había tenido algunas pequeñas complicaciones después de la punción, si no se tomaban medidas lo más probable es que el parto se adelantará y terminaría mal de nuevo, estuvo tres meses completos en la cama, aprendió a cambiar pañales hasta con los ojos cerrados, ventajas de tener una sobrina que aún no los dejaba, si se lo preguntan pues los dos pasaron Navidad y Año nuevo abrazados en la cama, no pudieron reunirse con nadie, ni siquiera pudo ir al cumpleaños de Isabela, se sintió muy mal por eso pero recién la estaban dejando levantarse pues ya sólo quedaban dos meses, si algo se adelantaba todo iba a salir bien porque ya podían ofrecerle de todo a la bebé, sería más fácil de tratarla si llegará ahora pero ella parecía muy cómoda en la panza.

Fue una espera demasiado larga pero al fin había llegado abril, tanto que aprendió a plantar rosas y otro tipos de flores, hoy el día estaba extremadamente bonito cómo para acostarse en el césped para ver las nubes por un rato bien largo pero no contaba con que tendría visita, Regina junto con Eunice decidieron ayudar a Luis con lo último que quedaba para el cuarto de la princesita, cómo ella no podía hacer muchas cosas por el tamaño de su vientre, nada más andaba revisando el bolso para el hospital, Regina la estaba orientando, al parecer casi se lleva puras cosas que no le iban a servir más que cuándo la bebé estuviera más grande, mientras tanto Luis se convirtió en esperancito, carpintero y hasta decorador, Eunice sólo le andaba dando órdenes de que hacer o cómo hacerlo, no tardaron mucho para ponerse a discutir.




- Mi vida no te muevas mucho en esa escalera -- pide recargada en el cambiador -- Luego te caes y tenemos que correr al hospital por suturas o un yeso

- Es que Eunice no colabora! -- se queja -- Que el cuadro más a la derecha luego no! Necesito que se decida para poder hacer el hoyo

- Bueno calmense -- ríe -- Lleguen a un acuerdo -- soba su cintura al sentir algo de incomodidad




Mientras los dos seguían peleando, Regina buscaba el mejor lugar para los peluches, Luis le compro tantos que tal vez harían falta algunas repisas para poner unos cuántos allí, el resto debería de entrar en un baúl grande, el bañó se había terminado la semana pasada pues hubo un par de problemitas, si bien ella no pudo estar presente el papiriqui si, así que quiso checar nada más que todo funcionará tal y cómo debería, le encantaba tanto cómo quedó, el espejo del lavabo era enorme, todo estaba pensado a futuro, un día ella crecería, iba a necesitar un gran espejo para arreglarse el cabello sin problemas o maquillarse, ahora tenía unas pegatinas con cosas del mar para que quedará más infantil, la mayoría de las cosas que tenía allí eran del baby shower que le organizaron, mientras se estiraba un poco para probar que tal salía el agua de la ducha el mismo dolor de hace ratito había vuelto pero mucho más fuerte, tuvo que sentarse en la orilla de la tina pues sino terminaba en el piso.

Se quedó allí por unos minutos, sólo concentrándose en respirar era lo único que le estaba funcionando para contrarrestar el dolor, una vez se sintió mejor pudo ponerse de pie, estaba un poco preocupada pues no la había sentido durante todo el día, su vientre incluso se sentía diferente, hasta ahora no se había dado cuenta, se alejó un poco para poder verse en el espejo y pudo notar que se encontraba un poco más abajo que lo normal, también se sentía un poco duro pero eso podía ser a causa del dolor de hace rato, aún así decidió continuar inspeccionando claro que ese no era el plan que le tenían planeado, en varias ocasiones tuvo que sostenerse del lavabo y morderse la boca para no soltar uno que otro gemido de dolor, su preocupación aumentó pero no podía gritar por ayuda, estaba paralizada del miedo, un líquido algo caliente bajo por sus piernas e impacto contra el piso preocupada por qué fuera sangre bajo la mirada enseguida, para su sorpresa sólo se trataba de... agua?




- Sé que me van a matar por decir esto -- se acerca Regina -- Pero el cuadro no me convence

- Es que Luis lo colgó chueco! -- se suelta riendo Eunice

- Y dale con eso! -- dice desde la escalera -- No está para nada chueco, verdad amor? Ven y diles que lo colgué bien -- la busca con la mirada por el cuarto -- Linda?

- Debe estar en el baño de Mónica o era Martina? -- comenta volviendo con los peluches

- Según yo se iba a llamar Giovanna -- da de hombros -- Momento! Ya terminaron el baño? Y no me avisan! -- dice indignada -- Seré la madrina! Estás cosas debo saberlas

- La voy a buscar -- baja de las escaleras -- Mi amor... -- entra al baño -- Todo bien?

- No -- murmura sosteniendo su vientre

- Que tienes? -- pisa el charco al tratar de acercarse -- Se te cayó algo aquí? -- la toma de los hombros

- Mi amor -- toma aire encarandolo con los ojos aguados -- Es mi fuente -- sonríe leve -- Nuestra princesita ya va a nacer

- V-vamos al hospital -- sonríe emocionado hasta que le cae el viente viendo el charco -- Tú cómo estás? Duele mucho? -- la toma del brazo ayudándola a pasar sobre el

- Ya están fuertes Luis -- se apoya en el -- No dejes que me resbale con mi propia fuente

- No tranquila -- besa su cabeza -- Salgamos de aquí antes de que quiera salir en el coche

- Ay Guadalupe -- dice Eunice al verlos -- Yo sé que no consigues despegarte de tu machote ni por unos segundos -- ríe -- Pero los dos no cabran por esa puerta -- se queda esperando que ambos rieran con ella -- Por qué esas caras? -- baja la mirada al vestido de Altagracia -- Ay por Dios! Mi ahijada ya viene!




Después de allí fue todo un caos, Regina y Eunice la ayudaron a cambiarse de ropa mientras que Luis se llevaba todo al coche, el pobre estaba al borde de una crisis nerviosa por lo que resolvió tomarse unos calmantes, sino le iba a ser muy difícil conducir, una vez en el coche las dos prestaron sus manos para que Altagracia se las apretara cuándo hubiera dolor, trataban de animarla también pues ella estaba cagada del miedo mientras que Luis no decía palabra alguna, eso les llamó la atención, pensaron que el iba a estar todo paranoico preguntando si estaban bien cada tres segundos pero no paso, al llegar la atendieron lo más rápido que se pudo, le colocaron la vía intravenosa de una vez, después fue instalada en una habitación, todavía ni siquiera pudo ponerse la bata del dolor, terminó acostandose hasta que se le pasará.




- Concentrate en respirar -- dice Regina abanicandola con una revista

- Ay Luis no dejes caer la pañalera! -- lo regaña Eunice

- Perdón -- ríe -- Se resbaló de mis dedos -- los mueve con rapidez -- Wow!

- Te tomaste algo verdad! -- lo agarra de las mejillas -- Cómo carajos se te ocurre! Dime ya mismo que te metiste!

- Habían unos tranquilizantes en el baño -- sonríe -- los encontré cuándo fui por el neceser de Alta que tiene sus cremas -- enumera -- Cepillo de dientes y...

- Cuántas tomaste!? -- lo suelta de golpe

- Dos creó -- se dirige a Altagracia -- Mi amor, estás hermosa -- se inclina un poco para verla ya que ella le daba la espalda

- Regina! -- gime -- No puedo desatar estos nudos -- le entrega la bata -- Ay! Esto no podría ser peor -- masajea su vientre bajo -- Mi marido está drogado -- llora

Tiritas del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora