Capítulo 52. Nuestro

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Durante esa semana iba todos los días a una de las obras de las que estaba a cargó, Braulio iba con ella siempre, el comenzaba a sentir cosas por ella, por esa razón trataba de hacer todo lo posible para que ella se sintiera mejor, su comportamiento no era el de siempre, le causaba algo de tristeza pero mucho no podría hacer para ayudarla, durante el horario de almuerzo se regresa a casa, Luis hoy no podía almorzar con ella, así que según sus planes estaría solá en casa, empezaría a sacar la ropa que compró para Dani del mueble y closet, pero a penas cerró la puerta de la casa, pudo escuchar la voz de Regina y de la abue Amanda en la sala.




- Estás segura de que vendrá a almorzar? -- pregunta

- Si señora -- sonríe Magda -- A veces se tarda un poco pero es por el tráfico

- No sabía que hoy tendría visita -- dejá las llaves en el mueble -- Hola abue

- Cómo te tardas en llegar eh niña! -- se levanta -- Llevamos esperándote 15 minutos

- Hubo un accidente no muy lejos de aquí -- se escusa yendo para allá -- Y por qué me estaban esperando? -- indaga

- Para almorzar -- dice obvia Regina -- Ya que no quieres hablar conmigo, tuve que venir

- No es que no quiera -- cruza los brazos -- No tengo tiempo, supervisó varias obras importantes, sólo vengo a casa para comer, ducharme y dormir con mi marido -- dejá su bolso en el sofá

- Magda dijo que salieron el fin de semana -- la encara Doña Amanda -- Los invité a un almuerzo y dijiste que ibas a trabajar

- Chismosa -- se gira a Magda

- Yo no sabía oiga! -- alza las manos -- Iré a mi cocina, luego me meten en sus cosas! -- se queja en lo que va

- Tú eres una mentirosa compulsiva -- la acusa Regina riendo

- Bien no fui al almuerzo pero no porque las quería ignorar o algo -- acomoda su cabello-- Necesitaba unos días lejos, así que fuimos a un hotel fuera de la ciudad

- Bueno ya que no nos estás ignorando -- se acerca a ella Regina -- Podemos almorzar juntas?

- Cuándo esté listo -- asiente -- Pero habrán distraído a Magda así que probablemente se tarde un poco más

- Esperaremos -- da de hombros

- Bueno, yo tengo unas cosas que sacar -- avisa -- No sé si se quieran quedar aquí...

- Altagracia! -- la interrumpe -- Vinimos para estar aquí contigo y nos dejarás solas?

- Son las cosas de Dani -- continúa -- No creó que quieran entrar ahí

- Qué harás con ellas? -- pregunta Doña Amanda

- Pensaba regalarle la cuna a Regina -- la mira -- Es toda blanquita, además son muy caras, yo no la voy a necesitar

- Me la darías? -- toca su hombro

- Bueno no a ti -- juega con sus anillos -- A mi sobrina, papá me dijo que era niña, felicidades por cierto, estoy segura que será bien bonita

- Papá no puede mantener nada en secreto -- sonríe leve -- Te ayudaremos con las cosas de Dani -- le da un leve apretón

- Entonces subamos las escaleras -- suspira





Ellas se adelantaron un poco, Altagracia quiso darse su tiempo en el pasillo, no había entrado ahí desde esa última mañana en la que estuvo embarazada, tampoco dejó que nadie lo hiciera, sólo ella y Luis podían entrar pero ninguno quiso revivir los recuerdos de cuándo comenzaron a planear cómo se vería el cuarto, la pintura, los muebles, la ropita y claro la decoración, la cuna había sido armada por ambos, tardaron toda una tarde en eso, ver la pared con las nubes y las avionetas dónde se encontraba la cuna que sobre ella estaban colgados unos bloques de madera pintados con los colores primarios, cada uno tenía la letra que completaba el nombre "Daniel" le movieron tantas cosas, aprendió a ignorar ese dolorcito que se presentaba en su pecho pero ahora le estaba costando, el dolor se iba al estar ella lejos de aquella puerta, ahora debía entrar al cuarto y ver todo lo que preparó con tanto cariño.





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