Capítulo 50. Odio

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Una semana después de lo del fiasco con la familia de Luis, tuvieron que ir a una cena en la casa de los abuelos, al parecer algo estaba pasando por eso se requería la presencia de ambos, normalmente las cenas familiares era en la casa de Lucía pero cuándo se venía algo importante o serio pues se realizaban en la casa de Doña Amanda, la duda de si alguno estaba mal de salud pasaba una y otra vez por la mente de Altagracia, a pesar de eso recibió el apoyo de su esposo, quien le dijo que seguro estaba todo bien, capaz era sólo para anunciar que ambos se irían por unos meses de viaje, ya había pasado una vez, pusieron a todos muy preocupados para luego descubrir que sólo se irían de luna de miel por una larga temporada.

Además no los había visto en esos días, volvió a encerrarse en su pequeño mundito, en el sólo había espacio para Luis y el trabajo, aunque está vez si habló por teléfono con su madre que estaba preocupada por aquel comportamiento, al igual que Doña Amanda, así que las tranquilizó para luego seguir con lo que estaba haciendo, ahora se encontraba mucho mejor, parecía egoísta aquel método pero le estaba funcionando, ahora con el tema pendiente con su tía, pues ella tuvo un compromiso por lo que la charla quedó para mañana, iba a ser este mismo día pero ya tenía muchas cosas en la cabeza, no sabía que le esperaba en esa cena así que mejor lidiar con un chisme a la vez.

Una vez lista frente al espejo siempre se tomaba unos segundos para observar su vientre, hoy estaría más grande, antes de que su cabeza comenzará a dar vueltas se quitaba de ahí para ayudar a Luis con su corbata, siempre le quedaba chueca, eso siempre le molestaba, el se veía tan impecable y guapo para que se corbata estuviera mal, ambos listos ya deciden salir de casa, ahora el que conduciría era el pero si quería tomar un poco podría hacerlo, Altagracia escogió no beber esa noche, cómo que el lo necesitaba más, pocos minutos después se encontraban atravesando la puerta comenzando a saludar a todos los presentes, no llegaron tarde pero si fueron los últimos por lo que pasaron directo a la mesa dónde se mantuvo una tranquila y relajada charla que a Altagracia sólo la ponía más nerviosa, de un momento a otro Regina se levantó llamando la atención de todos.





- Primero que nada, Daniel y yo agradecemos que pudieran venir, sé que es la casa de la abuela pero aún tenía mis dudas de si se iban a presentar -- ríe nerviosa

- Esperá -- la interrumpe -- Ustedes dos están bien? -- se dirige a sus abuelos

- Si, hace poco fuimos a nuestra consulta de rutina -- dice Doña Amanda -- Salió todo bien, aquí Don terco debe caminar un par de minutos al día pero todo bien

- Entonces me quedó más tranquila -- asiente aliviada

- Pensaste que era una mala noticia? -- vuelve a tomar la palabra Regina

- Bueno sí, las cenas aquí casi nunca es por algo bueno -- se escusa -- Pero ya, sigue con lo que ibas a decirnos, no interrumpire de nuevo

- Ahora que mi hermana prometió cerrar la boca -- ríe tomando la mano de Daniel -- Queremos decirles que es una noticia muy buena y que nos da muchísima ilusión

- Es verdad -- le sonríe

- Sin alargar más esto -- toma aire nerviosa -- Nosotros vamos a ser papás! Estoy embarazada!

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