El amor es aquel sentimiento tan odiado como amado. Yo, por mi parte, me encuentro en el punto medio sobre el cual no sé hacia donde ir; si odiarlo o amarlo. Cuando acabé con Yago, mi ex pareja, disfruté de mi soltería y aproveché al máximo mis estudios para sacarme segundo de bachillerato. Un día cualquiera a principios de mi décimo octavo verano, me encontraba borracha en una de las verbenas de la zona donde resido, y no se me ocurrió mayor idea que preguntarle a un churrero para mantener relaciones. Lo que yo no sabía es que aquel hombre era un cubano residente en España que me llevaría al delirio y provocaría en mí cosas que no había sentido con mis parejas anteriores.