El frío del invierno colaba por sus huesos, solo podía contar con un pequeño saco que cubría sus delgados brazos, muchos dirían ¿Que hace afuera en pleno apogeo del invierno? Bueno...en realidad habia un motivo, el motivo de ver aquella persona sonreir, fuera de la tristeza de lo que era pasar esa festividad solo y esa experiencia era algo que ya había vivido. Steve no era tonto por lo que ya sabía de la situación del castaño y esta vez se encargaría de buscar el más hermoso regalo solo para hacer feliz a Tony, excepto que no había contado con algo y eso era el frío que se presentaba esa misma noche.
—Oiga disculpe...—no pudo terminar su oración puesto que el hombre ya había bajado aquel metal indicando que la tienda estaba cerrada.
—lo siento hijo, son épocas navideñas y no pienso dejar a mi familia esta noche solo por mi trabajo, permiso—levanto su sombre en forma de despedida y comenzó a emprender camino fuera del alcance del rubio que yacía mirando la última tienda de ese día.
No era la primera vez que le cerraban las puertas, Steve no podía culparlos después de todo era navidad y eran pocas personas las que seguirían trabajando ese día, soltó un suspiro y se montó de nuevo en su bicicleta, no sin antes acomodar la bufando roja que llevaba puesta gracias a cierto castaño.
Estaba comenzando hacer más frío, el rubio estaba consciente de lo que pasaría si continuaba allí afuera, pero no podía rendirse y mucho menos ahora, comenzó a pedalear con más deprisa mirando hacia los lados buscando algún indicio de que hubiera alguna tienda abierto, esto sin duda no parecía ser su día, ya podía sentir el frío en su nariz, cualquier persona que lo viera podría confundirlo con aquellas narices falsas que prendían lucesitas de colores haciendo festín al tan afamado reno de santa de nariz roja.
Cada persona, cada puerta que veía siendo cerrado con ese ya conocido cartel solo hacía que steve perdiera la esperanza, se supone que era navidad, un día festivo, lleno de alegria, magia que las personas tanto adoraban, entonces porque a él le tocaba lo peor.
Las luces para el derrepente dejaron de perder brillo, la música comenzaba a razonar por su cabeza, bajo de su bicicleta para poder caminar mientras empujaba su transporte, la gente pasaba caminando de un lado a otro, unos con parejas, otras en familia y uno que otro niño jugando. Steve comenzaba a sentirse de lo peor, no quería llegar a casa con las manos vacías, seguramente el moreno le daría un gran regalo y el....nada, Tony estaría decepcionado, ya ni se tomó el tiempo de llegar a prisa, incluso si su nariz yacía escurriendo por él eminente frío.
Pero entonces.....ocurrió algo.
Siempre dicen que las cosas ocurren en el momento que menos te lo esperes y eso era una frase que jamás olvidaría aquel joven de ojos azules.
Sus ojos no podian estar más abiertos por la eminente sorpresa que tenía sobre sus pies, había un regalo, una caja Roja con un lado dorado y un enorme moño en la tapa de la Caja, estaba sorprendido y algo confundido a la vez, recargo su bicicleta y tomó el regalo entre sus manos, la Caja era algo pequeña pero de un buen porte, Steve miro hacia los lados buscando el dueño del regalo, al no encontrar a nadie revisó la tarjeta tal vez podría haber un pequeña dirección o al menos el nombre de quien correspondía aquel regalo. Si, Steve soltó la caja y no era para menos, esta quedó intacta y no había ningún dobles o siquiera se escucho algo de lo que pudiera haber roto dentro de aquella caja, ¿Que había sido aquello que provocó que el Rubio hiciera aquella acción? Bueno, había dos respuesta para eso, una consistía en que esa tarjeta estaba destinada para Tony y la otra esque era él quien era el remitente de aquel regalo.
Steve no se lo esperaba, definitivamente aquello no se lo esperaba, no sabía si tomarlo o no.
—esto tiene que ser una broma—las tiendas estaban cerradas así que no tenía opción, tomó el regalo y lo hecho a la canastilla de enfrente que tenía su bicicleta.
Y una vez más se montó para emprender camino hacia aquella pequeña casa que ambos ya consideraban como su hogar, podría no ser una gran mansión como en la que solía vivir Tony, pero es acogedora, es humilde, es simple pero perfecta porque era suya, era de ambos, porque se había esforzado de duro trabajo para conseguir comprarla.
Llegó a su casa dejando ls bicicleta en aquel porche, tomo el pomo de la puerta para poder entrar, no pudo evitar formar una sonrisa al notar al castaño con aquella pijama de gato que le había regalado con anterioridad en uno de sus cumpleaños y ni hablar de las pantuflas que hacían juego con su pantalón.
Cerró la puerta para comenzar a caminar hasta donde se encontraba su pareja con sumo sigilo para no despertarlo.
Tomó asiento a su lado y acarició su mejilla, depositó un beso haciendo que el contrario dejara escapar una sonrisa.
—Steve—habló de manera modorra mirando a su pareja—hice algo de espagueti para ambos.
—muero por probarlo—dejo un casto beso en sus labios, Tony lo acepto gustoso—pero antes—tomó la caja para ponérsela en sus piernas—feliz navidad Tony.
El castaño se quedó sin palabras, y se acomodó mejor en el sillón, volteó a ver a Steve notando aquella nariz roja.
—no debiste Steve, me encanta pero te haz arriesgado con el frío que hace afuera—hizo un pequeño puchero.
El rubio solo pudo negar.
—ya veré qué me tomó, abre el regalo—a pesar de que él no lo había comprado también tenía la mera curiosidad de saber qué es lo que había dentro.
—lo que haya dentro de la caja dependerá de mi enojo contigo steve.—Tony agito la caja un poco, era curioso que no se escuchara nada, seguramente era un prueba pensó, abrió la tapa y de ella saltó un cachorro—Steve...
Okey, aquello le había sorprendido tanto como a Steve como a Tony, al rubio porque la caja no tenía agujeros como para que un perro haya sobrevivido y el castaño por la gran sorpresa del canino.
—si?—preguntó el rubio pensando que se negaría a conservarlo.
—es muy bonito—tomó al cachorro entre sus manos—¿sabes? En cierto modo creo que se parece a ti.—rio por la bajo.
—¿mes estas comparando con un perro tony?—enarcó una ceja.
—esque míralo, tiene ojos azules y su pelo es rubio igual que el tuyo—sonrio divertido—creo que es el mejor regalo que pude haber recibido, muchas gracias steve.
Este recibió un beso como recompensa y claro después de ello cenaron juntos, Tony jamás volvió a sentirse solitario cuando steve se iba a trabajar, aquel cachorro era como su compañía, siempre estando a tentó como un guardián, nombre que se le asignó después de que el rubio intentara "atacar" a Tony en un guerra de cosquillas, siempre se a dicho que la navidad es un día lleno de magia tal vez steve era lo que había recibido.
"Las buenas personas siempre merecen las mejores cosas"
Y aunque cada uno es bueno a su favor siempre habrá una chispa que lo hará poner en la lista buena de Santa claus.
Un poco tarde de la fecha como siempre xD pero bueno espero que les haya gustado, ya casi vamos para el año 2021 esperemos entrar con buenas cosas y no como nos recibió el 2020 pero bueno, nos dejó una buena enseñanza y una que otra cosa buena que nos sucedió en ese año. Sin mas me despido.
Nos estamos leyendo ✌️