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El rubio se había colado por su taller, lo abrazó de la cintura y le dejó un beso por su nuca.

—¿sabes que esto es incorrecto no?—le dijo el castaño.

—mmm—no contestó—¿por que lo sería?

—estoy casado—murmuró el castaño.

—es una lástima para tu marido.

Tony frunció el ceño y luego sonrió.

—¿por que?

—a él no le importa dejarte solo.

Tony se volteó y tomó su rostro rosando sus labios, le miró a los ojos.

—pero yo realmente lo amo.

—¿a si?

—¿qué insinúas?

—nada.

Cayó un momento y Tony desvió la mirada y luego volvió a verlo.

—pues mi esposo es mejor que tú.

—¿en serio?

—si, trabaja en la fuerza armada, usa un escudo, lucho por la justicia, es rubio, creo que tiene ojos azules sino me equivoco, tiene un cuerpo de infarto, uff, y no podemos olvidar su hermoso trasero.

Steve no pudo evitar reírse ante la insinuación del castaño.

—creo que se me hace familiar.

—¿enserio?—colgó sus brazos alrededor de Steve—sabes que él podría partirte la cara si se enterase que sales conmigo, él es muy celoso en cuanto a mi.

—puedo correr el riesgo.

—eres muy valiente—tocó uno de sus brazos—tal vez algún día te ganes una estrella.

—sería mejor que me entregaras tu corazón.

Un carraspeo los sacó de su ensoñacion.

—¿ya vienen o tendré que sacar sus trasero por la fuerza?—hablo Natasha.

—¡interrumpiste mi momento Natasha!

—ya podrás jugar al amante con Steve en otra ocasión.

Steve negó con la cabeza, una vez que Natasha salió, beso a su enfurruñado esposo.

—tal vez otro día—dijo divertido.

—bueno soldado, lo veré después, hasta entonces.

—nos vemos señor Stark.

¿Es que no se puede ser tan perfecto? Definitivamente ese hombre era para el, no podía quejarse, tal vez los vengadores si por demostrar su amor tan públicamente, pero no podía evitarlo, era su marido y además era su torre, podía estar sobre él comiéndoselo a veces sin que le importe quien estuviera alrededor suyo.

Hace mucho que habían empezado ese juego de amantes que tanto enloquecía tanto al castaño, sin olvidar esa voz grave que derretía todas las neuronas de Tony. Que lo único que podía pedir a gritos es que lo follara de una vez, pero tenía que controlarse por que él no iba hacer un amante fácil, si, tenía que hacerse el difícil.

No le daría créditos a Natasha por interrumpirlos, había acabado con la maravillosa noche que tenía preparado para su rubio esposo, pero como siempre, esa maldita ciudad no lo dejaban en nada. Hace mucho que steve y él no mantenían una relación de sexual activa y la tensión entre ambos era palpable.
Apenas y tenían oportunidad para tocarse y ya tenía un problema en la ciudad.

Eran los pocos días que veían por que steve salía de misión y cuando no salía  Tony se la pasaba en la empresa lo cual era frustrante para los dos.

Definitivamente le dejaría una carta de quejas a fury.

—¿cual es la misión esta vez?—preguntó enfadado.

—no hay misión—habló la peli-roja.

—¿entonces?—frunció el ceño.

—ya que ustedes no han podido tener u poco de privacidad, compramos boletos para un spa y puedan disfrutarlo entre ambos.

Tony quedó sorprendido, bendito sea Dios por escuchar sus comentarios plegarias, ya correría a los brazos de su marida para notificarle la noticia.

Pequeñas historias (stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora