"No puede ser" susurro bajito mientras se tapaba la boca con sus manos, bajo el arma, sus manos temblaban, el cuerpo de su padre ya hacía tendido bajo suelo, con una bala tendida en su pecho izquiero, finas lágrimas salieron de sus ojos, Steve había llegado dos horas después, vio el cuerpo de Howard tirado y abrazó a Tony, él lo había llamado, recordó haberlo escuchado por teléfono, su voz estaba rota y se le podía oír con un temblor en ella.
—y-yo...l-lo mate—río nervioso—¡lo mate Steve!—se froto el rostro mientras veía el cuerpo de su padre—¡¿Ahora que voy hacer?!
Steve lo abrazó, lo tomó entre sus brazos esperando que Tony se tranquilizara, le dolía verlo así, pero ¿que podían hacer?, tenían que ocultar la evidencia era lo único que se les podía ocurrir.
—¡no, no, no!—dijo Tony tratando de no entrar en pánico.
—Tony, necesito que te tranquilices.
—pero...
—escúchame, nada de lo qué pasó fue tu culpa.
—¡pero si lo fue!
—¿Quieres ir a la carcel?
—no pero...
Steve ya no le dio tiempo de responder, le dio un beso en la mejilla, uno en cada lado y el último en los labios.
A Tony no le quedó de otra más qué asentir.
—ese es mi muchacho.
Tomaron el cuerpo de Howard y lo arrastraron hacia el jardín, cavaron un hueco.
Sabía que estaba mal, jamás había hecho una cosa así esto iba en contra de sus principios pero no quería que Tony fuera a la carcel, llámenlo egoísta pero la carcel no era un lugar hermoso para nadie y mucho menos para Tony, sabía que su niño podría sufrir ahí dentro, él no podía permitir eso, fue Tony quien lo llamó y él haría lo que sea para ayudarlo.
Lograron meter el cuerpo, tuvieron que cavar por lo menos unos 5 metros para que tarden en encontrarlo, lanzaron el arma y le hacharon cal al cuerpo para que su olor no levantara sospechas, por último le vaciaron toda la tierra de nuevo y colocaron el césped falso para que cubriera la tierra.
Limpiaron todo el desastre, pulieron el piso de los manchones de sangre que había, Tony vivía solo con Howard así que no habría nadie que lo allá visto, si la prensa preguntaba por su padre tenía que declarar que su padre había desaparecido pero no tenía idea de donde podría estar. Tal vez su madre estuviera decepcionada si lo viera desde el más allá, pero él no quería, de verdad que no, pero podría escuchar las palabras de su propio padre diciéndole:
—no funcionarias ni para matar a tu propio padre—río con sorna—eres igual de débil que tu madre, tal vez por eso eres un maricon.
Apretó el gatillo de la pistola y lo último que vio, fue a su padre sonriendo mientras se agarraba el pecho, soltando el último aliento que le quedaba, había dado directo en su corazón.
¿Por que su padre siempre lo metía en problemas?, esa noche lloro mucho en los brazos de Steve, no podía con la culpa.—¡Debí ser yo steve, no el!—grito mientras se aferraba a él rubio.
—no amor, no pienses eso—acaricio sus cabellos.
—¡el me obligó hacerlo!—gimoteó—¡él me obligó juro que yo no quería Steve, yo no quería!
No sabía que hacer, ese noche lloro junto con el, se había convertido en su cómplice, aunque Tony tenía razón, tal vez se lo merecía pero no era la forma, y esto sería más difícil para el castaño, estaban en un gran problema ahora.
—¿un lugar al que quisieras viajar?—preguntó.
—a Australia, quiero conocer a las jirafas—dijo—¿pero eso que tiene que ver? ¿Piensas que huir es la mejor manera.
—no, pero no estás en condiciones de declarar tal vez podamos ir a otro lugar.
—pero yo no quiero irme steve, estás en este lío y es mi culpa—volvió a cubrir su rostro ¿por que la vida era una perra con él?—es mejor ir a declarar.
—no Tony.
—pero fue mi culpa—dijo con un hilo de voz—lo hago por ti, tú no hiciste nada.
—mira amor escúchame, el mundo es así, no puedo vivir del pasado tenemos que movernos pero ya.
Empacaron la ropa de Tony en una maleta, se llevaron sus documentos y algo de dinero que había guardado su padre. Steve manejo en silencio en todo el camino, el castaño solo podía observar el paisaje desde el interior de la ventana. Al igual Tony, Steve solo tomó unas pocas cosas de su casa y cerro todo con llave, tal vez era lo mejor hasta ahora.
*****
—¿Quieres algo de tomar?
—no tengo hambre
—se que esto es difícil pero no es motivo para que dejes de alimentarte corazón.
Tony suspiro, realmente amaba a Steve, pero las cosas ya no iba dela misma manera, su sonrisa se había borrado, ¿donde quedaba el travieso y divertido Castaño que steve alguna vez conoció? ¿Por que a pesar de que intentase de que las cosas fueran bien no lo lograba? De nuevo su padre estaba en su mente, rondando todo el día, a pesar de mostrar una sonrisa, Steve sabía que era falsa, lo conocía demasiado bien.
—me duele verte así.
—quiero estar solo
Steve no protestó nada y lo dejó, beso su frente, temía por lo que sea que rondara en la cabeza del moreno.
—te amo Tony, nunca lo olvides.
Steve se alejó de la cocina dejándolo solo.
"¿Que estás pensando Stark?"
"¿De verdad piensas huir de tu problema?"
"¿De verdad piensas dejarlo solo?"
"Él se aventó la soga el cuello por ti Stark ¿y tú piensas abandonarlo?"
"¿De verdad piensas defraudarlo"?
"¿Por que te gusta hacer sufrir a las personas?"
"Steve no te merece, solo le traes problemas"
Agotado se levantó de la mesa y se dirigió hacia su habitación, pudo encontrar a su novio durmiendo tan tranquilamente, no pudo evitar acariciar sus cabellos, Steve era un alma pura, un alma tranquila ¿como se atrevió el a corromperla?, pero era demasiado egoísta para dejarlo ir, era de él, ese rubio le pertenecía, a nadie más.
"Protégelo y ámalo como lo hizo contigo"
"Atrévete a romper su corazón y verás como el karma caerá sobre ti"
"Júrale lealtad y el te cuidará de ti como si fuera su última noche contigo"
No lo dudo ni un minuto más y se acosto a su lado, tal vez Steve era su tranquilidad, quien siempre lo mantenía con calidez cuando se ponía tenso, sabe que lo que hizo no estaba bien pero aún así lo dejó hundirse en su barco.
Howard nunca lo vio como un hijo desde que se enteró que Tony era gay, pero no podían culparlo, se enamoró de la persona más noble en este puto sitio, Steve venía de una familia humilde a pesar de los días difíciles que vivió jamás se mostró débil ante los demás, y siempre lo protegía de aquellos que quisieron hacerle daño.
Tal vez Steve si era su otra mitad.