Fingiría si te dijera que no te extraño, sabía que lo nuestro no iba a funcionar pero quería intentarlo, de verdad que si, quería saber que se sentía amar y ser amado, jamás me aferraba a las cosas por que temía que en cualquier momento iba a perderles así como sucedió contigo, jamás había tenido una pareja, salí con algunas chicos lo admito pero nada fue serio como lo que vivimos los dos. Todo era hermoso alrededor de ti, sentía una gran calma estando a tu lado, me sentía protegido cada vez que me abrazabas, y me estremecía cada que me susurrabas al oído.
—te amo Anthony—me dijiste.
Yo solo reí y me acurruqué en tu pecho y te recite las mismas palabras, te amaba con locura, esa de la que harías lo que fuera por esa persona.
Tu eres esa persona, por la que yo daría la vida, eras esa persona especial que amaría tenerte a mi lado todos los días, por que te amaba, un amor tan profundo que jamás podría olvidarte.Rodhey nunca confió en nuestra relación, nunca entendí el odio hacia ti, jamás entendería el por qué te apartaste de mi lado, Natasha me dijo que estabas muy enfermo, que tenías depresión después de que tu madre muriera, no estabas solo Steve, estabas conmigo, tal vez yo no era igual que tú madre pero me tenías a mi Steve, para apoyarte para estar a tu lado siempre que me necesitabas.
No pude aguantar las lágrimas la última vez que te visite, habían cortaduras en tus muñecas, recuerdo haber corrido por el botiquín de primeros auxilios.
—¿qué haces aquí Tony?—me preguntaste.
No respondí, solo seguí vendando tus muñecas, te limpié las lágrimas que caían por tu rostro, no pude evitar abrazarte.
Ese día había llorado mucho contigo, conocía lo que es perder una madre y te dije que esto lo podíamos superar juntos y lo hicimos. Cada día habías comenzado a ir con la psicóloga y te ayudo en tu problema, cada progreso tuyo lo celebrábamos por qué amaba verte sonreír.
Quien iba decir que la felicidad iba a durar tan poco.
Tu padre había llegado y eso comenzó nuestro distanciamiento. Solo podíamos vernos ciertos días por tu padre, me dijiste la condición que te había dado pero que te negaste a obedecer, tenía miedo, mucho miedo de perderte, pues había escuchado una que otra historia de tu padre de parte de Bucky, que era muy duro contigo, y que no dejaba que nadie te impidiera llegar más lejos, que eso del amor era solo puras patrañas.
Te abrace conforme me relatabas lo sucedido con tu padre.
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La noticia cayó sobre mi como un balde de agua, una horrible noticia que me marcaría para siempre.Natasha y Bucky me llamaron desde tu teléfono, que tenía que venir rápido.
Mi corazón dolía sabía que algo no iba bien, esperaba que solo fuera una bendita broma que me estaban haciendo y que esto no era real.
No pude evitar la sorpresa que me lleve al entrar, tu cuerpo ya hacía tendido sobre el suelo con un charco de sangre a tu alrededor. Me asuste y corrí hacia ti, intenté moverte pero no reaccionabas.
—¡amor! ¡Amor despierta! ¡Soy yo Anthony amor por favor!
Cuando llegamos al hospital tenía miedo a lo que tanto temi.
El doctor salió pero por la cara que traía no eran buenas noticas.
¡Habías muerto carajo!
¿Por que?
¿Por que a mi?
El doctor nos dijo que tu cuerpo presentaba lesiones por ambos hombros y que presentabas signos de ser violado, no podía creer que tu padre realmente se haya atrevido a tocarte.
—amor si algún día te hago falta, prométeme que siempre te cuidarás.
—Steve, ¿como puedes decir eso
—promételo—me miraste con gran seriedad que por un momento había temido, como si tú ya lo hubieras presentido desde se momento, que aquella noche no volvería a verte, al menos no como yo quería.
—lo prometo.—fue lo último que alcance a decir, no sabes cómo me arrepiento de no haberte insistido de que vivieras conmigo.
Quería que esto fuera una simple y misericordiosa mentira, pero no lo era, no era así,
Ahora me encontraba frente a la lápida de mármol.
Steven Grant Rogers
1987-2018
Descanse en Paz