Siempre han existido guerras de todo tipo, entre naciones, hombre contra mujeres; pero ninguna era a la que ellos pertenecían su lucha era la de siempre, se ha vuelto tan común, ya saben Lobos vs vampiros eran en estas facetas donde se encontraban nuestros queridos protagonistas una lucha donde ya no querían participar simplemente era una batalla que nunca ganaría ninguno y solo se lastimaban y perdían algunos de los suyos ¿el problema? todo comenzó por una venganza que el padre de Steve el querer acabar con ellos por matar a su esposa.
—Steve ya hemos hablado de esto—se tomó el puente de la nariz soltando una largo suspiro para procesar todo lo que su hijo le decía.
—lo sé padre pero no llegamos a nada, perdimos a Bucky ¿Quien sigue en la lista? ¿Eh?—decía el rubio con los ojos rojos por la rabia de perder a su amigo—¡estoy Harto! ¡simplemente quiero una vida normal sin peleas!.
Su padre solo lo miró con fastidio y lo dejó pues no quería discutirlo de nuevo él también estaba cansado si pero de lo mismo que siempre le reprochaba su hijo. Se fue dejando un sonoro portazo en la casa donde se resguardaban.
Steve soltó un largo suspiro, sentía unas inmensas ganas de llorar así que salió de ahí a como pudo saliendo en su forma lobo corrió lo más lejos que pudo comenzando aullar por la pérdida de su mejor amigo, hermano, compañero, como quieran llamarle; ellos eran muy unidos desde que eran cachorros y ahora que no estaba ya nada seria igual quería desquitar su ira golpeando algo, mordiéndolo, despedazando algo lo que sea su ira a más alla pero se tranquilizó y se puso en alerta al escuchar unos sollozos por el bosque. Olisqueó un poco el aroma, lo reconoció de inmediato un vampiro siempre olían a vainilla quizo alejarse pero era tarde ya había sido visto.—tranquilo no voy a tacarte—decía el castaño.
—me tengo que ir—soltó su voz pero obviamente no iba ser en efecto en el vampiro.
—no espera—suspiro—de verdad nunca había visto uno de cerca.
Él lo ignoro pero fue seguido aún así, cuando iba a enfrentarse a él muchacho ya había desaparecido.
—¡mira hacia arriba!—lo vio en su forma murciélago se quedó mirándolo un largo tiempo—¿sorprendido?—se volvió a transformarse a como era antes—es raro sabes...ninguno de los Vampiros pueden hacerlo, ni siquiera mis padres...
Se quedó en silencio tal vez si se quedaba quieto no lo iba a ver o eso creyó hasta que este le cayó encima como si se conocieran de todo la vida, vaya que si era demasiado confianzudo. Hace un momento estaba llorando y ahora lo miraba como si nada.
—¿por que estabas llorando?—pregunto.
—tu voz es muy gruesa, no conozco mucho de los lobos pero por lo que se esa es tu voz de mando la cual no funciona conmigo—soltó una risa.
—¡No me cambies el tema! ¡Responde!—grito de nuevo, tensando al castaño.
—no quiero hablar de eso, pero por lo que veo tú también vienes a este lugar a despejarte, creo que te e visto antes.—se quedó pensando para después hablar—suelo venir a este lugar cuando estoy triste, estresado o frustrado.
Steve no dijo nada por lo menos era lo que compartían ambos, él también venía ahí cuando sentía que todo se le venía encima y no lograba controlarse, ni por nada le tocó vivir su infancia un poco dura, pues antes de conocer este sitio normalmente su padre lo amarraba cuando se sentía enojado y en su forma lobo, por lo que sabía que era muy peligroso estando de esa forma era como si un demonio se apoderaba de él.
—si.....
—oye...—estaba nervioso podía olerlo desde acá a pesar de ser un vampiro podía oler su nerviosismo—yo te mostré como soy ¿puedes hacer lo mismo?