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¿Por qué estás conmigo?
Su pregunta flota a nuestro alrededor como una promesa, volátil y fuera de control.
Mi pequeño Pétalo tiene problemas para mantener las cosas en sus pensamientos. Ha estado inquieta toda la noche, evitando una y otra vez hacerme esa pregunta. No cree que esté interesada, o tal vez no cree en toda esta situación. No podría haber sospechado de mí, considerando que nunca fue consciente de que la seguía.
Exactamente por esa misma razón, necesita permanecer en la oscuridad. No he terminado con ella. Mi pequeño Pétalo tiene mucho que aprender antes de que pueda exigirme cosas.
Una película y una cena fueron idea de Hwasa, y por muy aburrido que sonara, obedecí por la única razón de atrapar a mi pequeño Pétalo expuesta. Era un entorno con el que está familiarizada y, por lo tanto, debería haberse sentido con más control.
Qué gran jodido error fue ese. Después de todo, es un tipo de control falso. Y aunque todo el escenario era un medio para llegar a un fin, disfruté la manera en que se encogió a mi lado durante la película, su cuerpo temblando de miedo.
Algún día le enseñaré que las personas reales dan más miedo que las películas de terror.
Es curioso cómo eligió ese género en particular, a pesar de que les tiene miedo. Otro de los rasgos especiales de mi pequeño Pétalo.
-¿Por qué estoy contigo? -repito mientras corto mi filete.
-Sabes a lo que me refiero. -Observa su entorno.
-No lo sé, en realidad. ¿Por qué no me iluminas?
-Lisa.
El sonido de mi nombre en sus labios es como una sinfonía de asesinatos.
Hey, existe tal cosa. Búscalo en Google.
Sus nudillos se han puesto blancos por la fuerza con la que agarra la servilleta. Su piel blanca parece aún más pálida contra el azul oscuro de su vestido.
-¿Crees en los cuentos de hadas, Jennie? -inquiero, su nombre está mal en mis labios. Debería ser Pétalo, o Pet, no soy exigente. Sin embargo, todavía no estoy lista para activar sus alarmas.
Frunce el ceño ante la repentina pregunta, pero se recupera rápidamente.
-No cambies de tema.
-No lo hago, responde mi pregunta y responderé la tuya.
-Yo... no.
Hmm. Hay vacilación ahí. Interesante.
-¿Estás segura? -Mi tenedor tintinea contra el plato cuando lo dejo-. Porque si mientes, también me veré obligada a mentir.
-No lo hago. -Niega-. Al menos no en el término convencional.
