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Me tiemblan las piernas al entrar en la casa oscura.
Está vacía.
Encontré a Angelo afuera, pero dijo que todos los demás están en una fogata esta noche.
No he podido dejar de temblar desde que leí la carta de Lisa que Enzo me dio. No era solo la carta, sino también el ramo de margaritas que envió.
Lo siguiente que supe fue que estaba en un avión y me dirigía a Sicilia.
Durante todo el camino, he estado releyendo la carta una y otra vez, tratando de no llorar y fallando.
Sus palabras me afectan profundamente. Ya la extrañaba hasta creer que me estaba volviendo loca y entonces tuvo que escribir esas palabras.
Tuvo que arrancarme el corazón.
O tal vez me lo arrancó desde que dejé Sicilia ese día.
Tal vez mi corazón se ha quedado aquí desde entonces.
Subo las escaleras tan rápido que casi me caigo.
Cuando llego a la habitación, nuestra habitación, me paro frente a la puerta para recuperar el aliento.
Volé hasta aquí en mi traje de trabajo. Intenté refrescarme en el avión, pero el largo vuelo y todo el llanto deben hacerme parecer una mujer de los gatos drogada.
Inhalando profundamente, empujo la puerta para abrirla. Hay una luz suave en la habitación, pero no hay rastro de ella.
Es raro que Lisa se pierda las hogueras y los festivales. No le gustan mucho, pero siempre se asegura de estar ahí para todos los demás.
Aunque no lo dice en voz alta, Lisa considera a todos aquí una segunda oportunidad después de perder a su familia.
Me quedo sin aliento cuando me doy cuenta de que no ha cambiado nada en el dormitorio. Incluso las pequeñas almohadas que traje para que los gatos puedan jugar siguen aquí.
Es casi como si yo siguiera aquí.
Estoy a punto de revisar el balcón cuando veo gotas de sangre en la alfombraque llevan al baño.
No.
No, no, no...
Dejo caer mi bolsa al suelo y corro hacia el baño.
—Lisa
Mi voz se corta cuando veo su cuerpo.
Está frente al lavabo, usando solo un pantalón y un top mientras venda su mano con movimientos descuidados.
En el momento en que entro, se congela y me mira con los ojos ligeramente abiertos.
—¿Pétalo? ¿Eres real?
Corro hacia ella y agarro su mano en la mía.
—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?
Su mano sana acuna mi mejilla y la miro con lágrimas que nublan mi visión.
Miro su hermoso rostro, sus ojos claros y helados y sus labios.
Dios, la he echado de menos. La extrañé tanto que duele.
—Eres real —dice con asombro.
—¿Qué le pasó a tu mano, Lisa? —pregunto de nuevo, mi garganta se cierra.
—Nada. Es solo un corte.
Golpeo su hombro, un sollozo se me escapa.
—¡Me has dado un susto de muerte! Pensé que algo te había pasado después de que finalmente te encontré. Pensé que iba a perderte. No puedes hacer que te extrañe hasta la muerte, escribirme cartas como esa y luego salir herida, ¿de acuerdo? Simplemente no puedes.
Pone dos dedos debajo de mi barbilla y levanta mi cabeza para que la mire.
—¿Significa eso que has venido aquí para quedarte?
—¿Tengo alguna opción? —Coloco su mano medio vendada sobre mi corazón—. Esto late por ti, Lisa. Te amo tanto; no puedo respirar sin ti.
La alegría pura explota en sus rasgos mientras palmea mis mejillas con sus manos.
—No tendrás que hacerlo, Pétalo.
—¿No?
—No. ¿Sabes por qué?
—¿Por qué? —murmuro.
—Porque eres mía
—Y tú eres mía, Lili.
—Eso, lo soy. —Y entonces sus labios devoran los míos.
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Tan divinas.
Antes de que se me vengan encima, aún queda el epílogo, el final está medio meh, la vdd tenía ganas de cambiarlo y hacer que Lisa se suicidara pero me dio flojera hacerlo xd.
Estén pendientes que probablemente lo suba en estos días y al fin le digamos adiós a psycho:')
