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Pasa lo que parece ser una eternidad.
Lisa no me deja ir y parece que nunca lo hará.
Todos los días me tortura. Todos los días, me hace rogarle que me folle de todas las formas posibles.
Cada día, siento que estoy desapareciendo y perdiéndome en ella.
Me despierto y planeo desafiarla, continuar con mi búsqueda para huir, pero en el momento en que me toca, es como si no pudiera vivir sin ella.
Es peligroso.
Ella es peligrosa.
Y necesito irme de aquí antes de que no tenga forma de escapar. Antes de que mi vida pase y termine delante de mis ojos.
Hay una mujer, Salli, que me cuida. Y por cuidarme me refiero a que me trae comida y ropa limpia, pero siempre la deja delante de la puerta. Solo entra cuando Lisa le da permiso.
Siempre que estoy atada y amordazada y esperándola, hago sonidos para atraerla, para pedirle que me desate, pero no se atreve a entrar.
Lisa es aterradora, incluso para ella. Lisa es poderosa por sí misma, lo sentí y aún lo hago con cada paso que doy.
No solo es dueña de mi cuerpo, sino que también está reviviendo esas partes desordenadas de mi cerebro.
Una parte de mí lo disfruta, más de lo que debería.
Una parte de mí espera con impaciencia lo que me hará cuando entre por la puerta, o qué juguete me meterá antes de irse.
Hoy parecía tener prisa, así que se fue sin introducirme nada. Y no sé por qué me he sentido decepcionada desde esta mañana.
Poco a poco empezó a darme un espacio para caminar, así que no siempre estoy atada a la cama, pero tampoco puedo salir del cuarto.
Incluso tiene la puerta cerrada con llave. Lo intenté y no hay forma de abrirla.
La observé a través de la ventana. Lo hago todos los días. Observo su rostro volverse frío como una piedra en el momento en que sale de la casa. Muchos hombres han empezado a reunirse alrededor de la mansión. La mayoría de ellos gesticulan salvajemente mientras hablan y parecen respetar a Lisa más de lo que nunca pude imaginar que alguien lo haría.
Eres una Kwon.
Sus palabras se reproducen en mi cabeza en un bucle.
Ese hombre, Kwon Jiyong, es mi tío. Mi padre es el otro Kwon del que oí y leí en los periódicos cuando estaba en Chicago. Taeyang Kwon. Es el padre que nos visitaba a mamá y a mí cuando era una niña.
Soy una princesa de la mafia.
La razón por la que mamá me escondió todo el tiempo cuando era una niña tiene sentido ahora. El hecho de que tenga un miembro de la familia vivo, mi padre, me ha estado mareando por dentro por mucho que intente luchar contra ello.
