Escena de sexo demasiado gráfica, temas de abuso y fetiches, si no te sientes agusto con estos temas, no lo leas.
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Al volver a casa del trabajo, tengo un mal presentimiento de lo que me espera al otro lado de la puerta antes de abrirla.
Tan pronto como estoy dentro del apartamento, me doy cuenta de que tenía razón.
Antes de irme al trabajo, respondí algunos correos electrónicos en mi portátil y lo dejé en mi escritorio donde los gatos no pudieran alcanzarlo. Pero ahora, está en mi mesa de café en la sala de estar, y Señor Bingley está sentado encima.
Sé con certeza que no lo dejé allí, y mis labios forman una línea fina mientras bloqueo la puerta después de entrar. Ha estado aquí. Lo sé.
Es tarde y estoy agotada. No quiero preocuparme por Lisa en este momento, y estoy en un estado delirante mientras cierro todas las puertas y verifico dos veces para asegurarme de que todas las ventanas estén cerradas.
Obligándome a no pensar en Lisa, alimento y juego con los gatos antes de ir al baño. Me doy una larga e hirviente ducha y me meto bajo las sábanas de la cama desnuda. Las sábanas se sienten sedosas y suaves contra mi piel, y disfruto la sensación de ellas contra mi cuerpo cansado. No me permito pensar en Lisa en absoluto. En cambio, me concentro en ponerme cómoda y dejar que mi cansancio se apodere de mí.
Aun así, me toma una hora de dar vueltas y vueltas finalmente caer en un sueño sin sueños.
No sé qué me despierta primero, pero cuando mis ojos se abren, me doy cuenta de dos cosas.
Una, no puedo moverme.
Dos, hay alguien más en mi habitación.
Abro la boca para gritar, pero antes de que un sonido pueda escapar de mis labios, una mano me mete algo en la boca. Es sedoso, suave y de encaje, y con horror, me doy cuenta de que es mi braga, arrugada en una bola.
De repente, estoy completamente despierta, mi corazón martillea en mi pecho mientras miro mis manos. Están esposados a los postes de la cama por las muñecas y apenas puedo moverlas. Dejo escapar un grito. La habitación está envuelta en la penumbra, la única luz proviene de las farolas del exterior. Ya sé que esto tiene algo que ver con Lisa, tiene su firma escrita por todas partes, y no tenía ninguna duda de que intentaría joderme la cabeza de nuevo después de nuestro último encuentro desastroso.
Una figura oscura aparece ante mí. La reconozco por su sudadera con capucha negra que una vez más lleva sobre su cabeza. Está sosteniendo algo, y todo lo que veo es el destello de una sonrisa mientras se acerca a mí, levantando la mano.
Me encojo, preparándome para gritar, pero mis labios se envuelven alrededor de una bola. Lisa fuerza una mordaza de bola en mi boca, apretando la hebilla detrás de mi cabeza antes de que pueda pronunciar un sonido. Mi corazón late con fuerza, oleadas de adrenalina recorriendo mi cuerpo. Mi boca ya está respondiendo al objeto forzado en su interior, y un chorrito de saliva corre por mi barbilla. Gimo cuando la mano de Lisa se detiene en mi mejilla, consolándome sin decir una palabra.
