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Todo lo que ha pasado hasta ahora me ha puesto jodidamente ansiosa.

Mientras me dirijo al hospital, sigo mirando por encima del hombro. No veo a Lisa, pero sé que está en algún lugar cercano. No me dejaría vagar sola.

Ahora me protege, decidida a asegurarse de que no me lastime. Llego al hospital y trabajo mi turno en silencio, solo respondiendo cuando me hablan. Para cuando llega la hora del almuerzo, estoy cansada y preocupada por las preguntas de Rosé y Hwasa. Me pregunto si debería saltarme el almuerzo por completo, pero sé que solo haría sospechar a mis amigas, así que tomo un sándwich de la cafetería y me encuentro con las chicas en nuestra mesa habitual.

—¡Ahí está! —Hwasa me saluda con la mano y sonrío levemente mientras me siento, picoteando mi sándwich apenas comestible—. Apenas hemos sabido de ti últimamente, Jen. ¿Dónde te has estado escondiendo?

La miro a los ojos, preguntándome brevemente si debería decirle lo que ha estado sucediendo durante semanas. Hyejin es una de mis amigas más cercanas, pero algo me dice que no lo entendería.

—Solo he estado ocupada —digo finalmente, clavando mis dientes en mi sándwich.

Hwasa me lanza una mirada dudosa, pero luego Rosé se lanza a contar una historia sobre una de las tipas con los que ha estado saliendo, distrayéndonos momentáneamente a todas. Incluso se las arregla para hacerme reír con su historia, aunque mi mente se centra en otra cosa aparte de las aventuras amorosas de mi amiga.

—Chicas, tengo que pedirles un favor —me encuentro diciendo.

—¿Oh? —Hwasa enarca una ceja—. Esto no tiene que ver con esa tipa Lisa, ¿verdad?

No respondo, dándoles una mirada seria antes de continuar.

—Esperaba que ustedes dos pudieran venir a verme más seguido. Llamarme, tal vez pasar por el apartamento si no tienen noticias mías. ¿Les parece bien?

—¿Por qué? —exige Hwasa—. ¿Vas a alguna parte?

Débilmente, niego. ¿En qué demonios estaba pensando? No puedo decirles la verdad, me creerán loca. Pero mis amigas me sorprenden tomando una de mis manos cada una, y levanto la cabeza para mirarlas.

—Estamos aquí para ti —me asegura Hyejin—. Queremos asegurarnos de que estás bien. Haremos todo lo que necesites que hagamos.

—Gracias —suspiro. El alivio es tan intenso que se me humedecen los ojos—. Estoy preocupada por los gatos. Si pudieran ir a revisarlos una vez cada pocos días, estaría muy agradecida.

Mis amigas intercambian miradas preocupadas, pero terminan asintiendo sin hacerme preguntas.

—Nos lo dirías si estuvieras en problemas, ¿verdad? —suelta Rosé un momento después.

# 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ; 𝐉𝐧𝐤 𝐱 𝐋𝐥𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora