O22

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Estamos acostadas en mi cama después, y Lisa me sostiene casi dolorosamente cerca, como si estuviera tratando de fusionar nuestros cuerpos

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Estamos acostadas en mi cama después, y Lisa me sostiene casi dolorosamente cerca, como si estuviera tratando de fusionar nuestros cuerpos.

Es un tipo extraño de cercanía, algo que nunca antes había tenido. A pesar de la brutalidad de nuestra follada, todavía se siente íntimo. Incluso místico. Estoy lista para desnudarme para ella, más de lo que ya lo he hecho, y ese mero pensamiento me asusta mucho.

—Tuve una visita extraña hoy. —Las palabras me sorprenden al deslizarse de mis labios. Mierda. Es como si quisiera meterme en problemas con Lisa, como si estuviera pidiendo desesperadamente que me castigara.

—¿Sí? —murmura, tirando de un mechón suelto de mi cabello—.¿Quién?

Me rio entre dientes nerviosamente, esperando que no presione y ya lamentando mis palabras.

—Él no te gusta mucho.

—¿Él? —Lisa se sienta en la cama, su cuerpo desnudo duro y tenso—. ¿Fue un él?

—Sí —digo en voz baja—. Solo un enfermero del hospital, Mino.

—¿Y por qué mierda te visita Mino?

—Olvidé mi billetera en el almuerzo y me la devolvió.

—¿No es el mismo hijo de puta que golpeé en el club?

Me siento en la cama, levantando las sábanas a mi alrededor.

—Sí, ¿y?

Lisa se levanta y se pone el bóxer, pasando sus dedos por su cabello.

—No me gusta.

—¿No te gusta qué? —Levanto las cejas—. ¿Que mi amigo me devolviera la billetera?

—Que tengas a otro jodido hombre de visita en tu apartamento. —Se acerca a la ventana y abre las cortinas de par en par. La luz de la luna entra en la habitación mientras gime—. No me gusta, Pet. ¿Qué le dijiste?

—¿Qué se suponía que debía decirle? ¿Que hay una jodida loca acosadora que se vuelve locamente posesiva y celosa cuando hablo con otros hombres? (🤤)

—Sí —gruñe Lisa—. O algo por el estilo.

—Bueno, le dije algo.

Su mirada helada se clava en mí.

—¿Qué?

—Que estaba… —Trago—.Involucrada con alguien.

—No estás involucrada con alguien.

Sus palabras hacen que mi corazón se hunda y la miro, tragando de nuevo.

—Entonces, ¿qué soy?

—Eres la jodida propiedad de alguien. Eres mía, Pétalo. ¿Le dijiste eso?

Tengo que luchar contra el impulso de sonreír, tapándome la boca y fingiendo toser. (jsjs)

# 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ; 𝐉𝐧𝐤 𝐱 𝐋𝐥𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora