O25

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El timbre de la puerta suena

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El timbre de la puerta suena.

Mi rostro se tensa, pero sonrío. Mi pequeño Pétalo me observa de cerca, lo desconocido debe estar matándola, pero no quiere preguntar.

—Ese es tu enfermero —digo mientras la llevo desde el dormitorio al pequeño comedor en el borde de la cocina.

—No es mi enfermero —murmura.

—Pero te trajo ayuda. —Mi brazo se envuelve alrededor de su cintura, manteniéndola enjaulada a mi lado—. Es tu caballero de brillante armadura, Pétalo.

Me mira fijamente.

—Al menos alguien lo es.

Mi abrazo se aprieta a su alrededor.

—No me pongas a prueba.

Obviamente quiere decir algo, pero mantiene la boca cerrada. Todos los chupetones y su coño dolorido son evidencia de lo que puedo hacerle. Lo disfruta, pero ahora ha superado la línea del agotamiento.

—Siéntate. —Hago un gesto hacia la mesa mientras el timbre suena de nuevo.

—¿Vas a hacerle algo a Mino?

—¿Por qué mierda te importa?

—No quiero que lastimes a la gente solo porque puedes, Lisa. Eso está mal.

—Noticia de última hora, Pet, si estás buscando lo correcto, no lo encontrarás en mí. Ahora, siéntate de una puta vez.

—Idiota —murmura, pero se dirige a la silla.

En el momento en que se sienta, me agacho a su lado y giro el asiento para que esté frente a mí. No lleva nada debajo de su larga bata, y lo hice a propósito.

—Qué estás haciendo…

Sus palabras se cortan cuando saco algo de mi bolsillo y pongo mi mano entre sus piernas. Lo claro de sus ojos se oscurece con su excitación.

—No, no... —canta en voz baja e impotente.

No me detengo, no hasta que me aseguro de que el objeto está alojado firmemente contra su coño.

—Sé una buena chica y tal vez no te torturaré por mucho tiempo. —Me levanto y empujo su silla contra la mesa—. Actúa con normalidad y no te atrevas a decir nada o le cortaré la mano al caballero blanco.

—Esto es chantaje.

—Y te encanta —le susurro al oído y enciendo el dispositivo desde el control remoto en mi bolsillo. Un gemido sale de ella mientras se agarra al borde de la mesa.

Con una última caricia a su cabello, la aparto y abro la puerta.

Efectivamente, Mino, el hijo de puta que desea tener una muerte temprana y una ceremonia al estilo de un funeral mafioso, se encuentra en la entrada. Parece agitado, con los ojos moviéndose y casi golpea mi rostro cuando abro la puerta.

# 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ; 𝐉𝐧𝐤 𝐱 𝐋𝐥𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora