Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Hace bastante tiempo que no despertaba de un muy buen humor, tan así que me dió tiempo de llegar más temprano de lo normal al colegio. Baje de mi auto y caminé a la primera clase, había muy poco estudiantes por los pasillos, cuando llegue al salón de literatura Corey estaba nuevamente sentando en la silla de la doctora, sonreí de medio lado y toque antes de entrar.
— Buenos días, señor Wolffer.
— Dios mío señorita Black, hará que llegue el apocalipsis más pronto de lo debido, llegó usted temprano.
— Creo que programé mi alarma un poco más temprano de lo normal — reí.
— Hágame el honor de tomar asiento, quisiera tomarle una foto pero sería inapropiado — nunca lo había visto con gafas, le daban ese toque nerd y a la vez tan fuckboy que era extraño, ¿Cómo algo lírico puede ser tan... sexy?
— Que gracioso es usted — me senté en la primera fila, normalmente lo hago en la del medio para evitar que me llamen, pero que más da — ¿Cómo va su pierna?
— Es una patada en las bolas, pero me quitaré el yeso hoy mismo, puedo ponerme algo menos molesto o al menos eso me dijeron — respondió mientras leía algo —, sabe algo señorita Black, he leído La Divina Comedia demasiadas veces como para recordar una cifra, sin embargo puedo decir algo con absoluta certeza: siempre me fue más fácil entender el contexto del infierno y el purgatorio sobre el del paraíso ¿Ya vió que somos tendencia pura hacia lo malo?
— La mente es débil cuando el corazón se ve girado hacia algo, sin importar si es bueno o... — conecté mirada con él — malo.
— ¿Y quién es el mundo para juzgarlo? ¿No lo dijo Jesucristo cuando quisieron lapidar a María Magdalena? — elevó la mano derecha —, aquél que esté libre de pecado, arroje la primera piedra ¿No dijo eso? ¿Qué quiso decirles? Que no eran quién para juzgar a la mujer, eso no ha cambiado pese a que nos llevamos dos mil años de aquello ¿No lo cree?
— Es difícil hacer que personas que están ciegas ante el mundo entiendan, pero con vista veinte y veinte para criticar, comprendan eso.
— Es verdad — poco a poco se comenzó a poblar el salón ¿A qué hora llegará él a éste salón? — Buen día a todos ¿Alguno me quiere iluminar la mente y provocar el apocalipsis haciendo una revelación sobre el infierno de La Divina Comedia?
Un compañero levantó la mano y comenzó a explicar un punto que por como lo pone deduzco que es uno clave, tomé algunas notas rápidas y traté de prestar atención.
— Disculpe pero sigo sin entender porque es tan importante el infierno en La Divina Comedia.
— Dios mío, no preguntaste esto, haré como si no hubieras preguntado eso, no has leído La Divina Comedia, alguien que la leyó no preguntaría algo así ¿Te imaginas La Liga de la Justicia sin Batman? ¿Te imaginas YouTube sin vídeos musicales? ¿Te imaginas éste salón sin mí? Es importante porque Dante así lo quiso, como su nota insuficiente si no se pone a leer señor Owen.
