Ariel y yo llegamos a la zona del problema, no había mucho qué hacer, solo soportar lo suficiente como para que Rachel pudiera huir.
—¡Ariel! ¡Busquemos a Michael! ¡Ahora!
Me había disculpado con Rachel y con Dios antes de meterme una buena dosis de opioides para ignorar el dolor físico que me cargo. Así que sin abusar, propiné algunos golpes mientras buscaba con la mirada a mí primo sin ningún éxito.
Ariel se quedó en medio de la contienda, espalda a espalda con mi hermana, cuando creí que ya no me tenía que preocupar por ella, resulta que ahora hasta me preocupo por el Keane.
Volví a la moto para merodear por el lugar a fin de encontrar a Michael, pero no lograba mirarlo
—¿Dónde te metes idiota? —mascullé.
Mientras cruzaba una calle advertí que los Murr sometían a Yarah Keane y entonces pude tener a la vista a mi primo que los seguía.
—¡Michael! ¡Michael! —gritaba la Keane con voz desgarrada mientras la subían a empujones al auto hasta lograrlo, arrancaron de inmediato ese y otro auto que les acompañaba, Michael iba a pie, así que sería imposible alcanzarlos.
Me adelanté en la moto a fin de hacer tiempo para que Michael pudiera llegar con su gente, así que me atravesé, bajé de la moto y de inmediato abrí juego como si fuera yo un inmortal.
Me evadieron y continuaron su camino, así que volví a la moto y les seguí a punta de tiros.
¿Acaso estoy loco? Ellos son más... pero yo soy mejor.
Cambié el cartucho de mi arma y al final parece que me deshice del chófer del coche, se estrellaron en un muro y el humo les hizo descender del automotor, por lo que la tensión en el lugar creció más y yo solo contaba con la moto para protegerme.
—¡Jodes demasiado Wolffer! ¡Pero me aseguraré de que no vuelva a suceder!
Un auto más apareció, se detuvo a un costado de Robbie y éste lo abordó, entonces emprendí la huida.
Aceleré en la moto buscando en mi GPS mental cómo librarme de toda esta mierda.
Tomé una curva de la carretera como un experto y pensé que si cruzaba el puente, la gente de mi papá no me echaría a los perros ¿Verdad? Después de todo me reconocen como su futuro líder.
Me aproximé a tomar el circuito que me llevaría a mi salvación cuando fui embestido con fuerza por un auto, la moto derrapó atrapándome la pierna que ya tenía jodida y me arrastró hasta chocar con el muro de contención.
Gemí por el dolor, el opioide ya me había abandonado para ahora. Me quité el casco y todo se jodió aún más cuando noté que era Robbie.
—¿A dónde vas rata? —se encontraba a unos ocho o diez metros de mí, me levanté y supe que tenía que huir o sería mi última noche.
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▪️𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶▪️
Teen FictionRachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...