Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Al final se había acabado este largo día en la escuela, por fortuna los maestros no habían dejado mucha tarea, pero ya suficiente tenía con leer "El Paraíso" que Corey me había asignado. Pensando en él saque mi teléfono para llamarle, pero ese pensamiento se fue a la basura cuando mire a Robbie esperándome. Guarde mi teléfono y me acerque a él con una sonrisa.
— Vaya sorpresa, no pensaba verte por aquí — lo abracé.
— Supongo que olvidaste que esta noche es la fiesta de recaudación de los Prince, ya sé que adoran las fiestas, pero no puedo ir sin mi hermosa chica.
En efecto había olvidado ese evento —, lo siento he tenido muchas cosas en la cabeza y tengo un proyecto en literatura que me tiene muy ocupada, pero no te preocupes iré contigo.
— Te esperaré, ya es muy tarde, necesito evitar los medios.
— Lo entiendo, sabes que no suelo tardar mucho arreglándome.
— Bien, iré a vestirme y volveré por ti ¿Te pones el vestido negro con tonos dorados por favor?
— Claro, ya me ahorraste tal vez quince minutos buscando que ponerme — busque las llaves de mi auto —, te veo en un rato entonces.
Fui a casa, me duché y estuve lista rápidamente esperando la llegada de Robbie, estaba extraña, no me sentía cómoda y cuando me preguntaba la razón, simplemente no podía dejar de pensar en Corey que bien con su pésima actitud, ha conseguido tener mi atención como ningún otro —, te ves hermosa, linda.
— Tu te ves muy guapo, cariño — me abrió la puerta de su auto y subí — ¿Habrá mucha gente presente?
— Probablemente — condujo hasta el lujoso recinto del centro de Londres, el estómago me dolió cuando vi también al padre de Corey hablando con algunas personas —, creo que Harry tiene que aprender a elegir mejor a sus amigos.
— Sabes que siempre a sido amigos de todos, no le podemos prohíbir elegir sus amigos.
— Ya lo entenderá — me tomó de la mano y comenzamos a saludar, evitando totalmente a los gitanos y a los Wolffer, me sentía extraña y no lo comprendí hasta que vi a Ariel Keane mirándome fijamente, era muy incómodo, es como si pudiera leer mi mente, me entretuve tanto devolviéndole la mirada que no noté cuando me separé de Robbie, por lo que tuve a bien acercarme a Keane y cuestionarlo.
— ¿Me podría decir porque me está mirando como si te pagarán por hacerlo?
— ¿Ya existe alguna ley que me prohíba mirarla?
— Es incómodo que alguien se te quede mirando por más de un tiempo específico.
— ¿Qué le preocupa? ¿Que pueda saber lo que piensa o lo que hace?
— ¿Preocuparme? Por favor, solo te pido que no me mires tanto, me incómoda.
Sonrió —, le voy a dar un consejo, si el Murr sabe que tiene relación estrecha con el Wolffer, va a haber problemas, así que, no lo mire en cuanto llegue.
