Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Después de haber trabajado tanto para conservar nuestro lugar en el trono de la Gran Bretaña, todo parecía rendir frutos, recién llegaba a Londres cuando me informaron lo que había sucedido con mi tío Peter, simplemente no podía creer que lo hubiera arruinado de esa manera.
Llegué a casa bastante alterado, mi madre estaba en la sala tomando una copa mientras mi padre miraba el fuego de la chimenea, mientras Nico descansaba del ortopédico dando un masaje a su pierna.
—¿Cómo pudieron dejarlo seguir con sus mierdas? —grité.
—Robbie, ahora no, querido —intervino mi mamá.
—Ahora no ¿Dijiste ahora no? Dijiste que vigilarías de cerca, papá ¿Cómo pudiste?
—No estoy de humor para escuchar tus putos gritos, Robert.
—¿No estás de humor? ¡Hemos trabajado demasiado por todo esto y ese hijo de puta no pudo mantener sus bolas en calma! ¡Estamos jodidos!
—¿Crees que no lo sé?
—¡Era tu responsabilidad, papá! ¡Tenías que mantener las porquerías de tu hermano controladas! Pero no, le diste la llave del campo de diversiones y ahora estamos en un gran, gran aprieto.
—¿Qué no se supone que podemos crear una oportunidad de cualquier problema? —susurró Nico.
—¿Ahora de qué mierdas hablas, Nicolás?
Mi hermano acomodó su discapacitada pierna en el descanso de la silla de ruedas y se acercó lentamente a mí.
—Nosotros permitimos que Peter estuviera con las manos limpias en el poder porque era el lugar donde menos hacía daño, era demasiado impulsivo, puerco y emocional para poder con todo esto, nos hubiera destruido, fue como el gato al que le das una bolita de estambre para que se entretenga mientras el resto comía los ratones, seamos honestos, no era elemental, lo que era elemental radicaba en tenerlo lejos del negocio.
—Si no tenemos un lugar en la mesa grande, tendremos muchas pérdidas.
—Estaba a un año de dejar el puesto, yo no miro problemas, hermano, miro oportunidades. Significa que con la muerte del tío Peter tendrán que hacer un nombramiento para alcalde interino hasta que sean las elecciones, para entonces, tendremos que estar tan bien posicionados que nadie tendrá problemas en elegir a un afligido Murr —miró a papá.
—¿Papá?
—Fue lo que debimos hacer desde un inicio, Peter solo estaba ahí porque si no tenía algo grande para disfrutar, nos hubiera devorado vivos a todos, ahora no está y es nuestra oportunidad de operar por completo Londres.
—Eso no suena tan mal, queridos —susurró mi madre— ¿Qué opinas cielo?
—Si papá llega al poder, no tendremos que lidiar más con los gitanos ni con los Wolffer, será demasiado sencillo echarlos de Bretaña y quedarnos con todo.
