Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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No están para saberlo, pero el Dante de Londres odia mucho la parte del almuerzo en el que todos nos vemos unos a otros mientras nos mantenemos con vida ingiriendo alimentos.
Shan está muy emocionada por su fiesta de cumpleaños, no he emitido comentario alguno, pero tanto Yarah como Rachel le ayudan con el asunto, incluso Claire lo hace, eso me gusta.
Terminé de dar asesoría demasiado tarde, así que tuve que formar fila para tomar alimentos, soy Corey Wolffer, esto no debería pasarme, pero tampoco puedo ponerme idiota, así que esperé a unas cuantas personas de Yarah Keane cuando Vanessa monstruo Murr apareció.
—Pero miren, si es la gitana asquerosa ¿A quién le robaste ese collar? No tienes tan buen gusto como para tener algo así en tus redes, segregada, vuelve a tu maldito país castellano y deja el aire de Londres para los londinenses.
Rodé los ojos, vaya que es estúpida, no puedo creer que no me robara inteligencia cuando tuvimos coito hace tiempo.
—Oye, plástica, deja en paz a la mujer y ponte más polvo en la nariz que se te ve grasosa —respondí mientras mantenía la mirada en mi móvil—, solo te ves más estúpida de lo que ya eres diciéndole eso— Vanessa le puso la mano a mi pantalla—, atrás bruja, no toques mi teléfono que se infecta— ladeó la cabeza para su pendeja número uno y ésta le tiró el jugo en el cabello a Yarah, frunció los labios, si no había respondido seguro fue por cosa de Michael, pero estaba dispuesta a responder.
—Yarah, no —le dije.
Las miro de muy mala forma—, les voy a pedir que me dejen en paz, vayan a molestar a alguien más.
—Cállate maldita bruja, no tienes derecho siquiera a mirarme.
—Tiene razón, Murr, deja en paz a la mujer, ve a buscar un labial que vaya más ad hoc a tu cara de estúpida, no puedo creer que a veces cometa errores de tamaño real, desparece.
—Tal vez duerme con la gitana y por eso la defiende —dijo una de sus gatas, la miré por encima del hombro de Vanessa, se quedó callada mientras la Murr reía.
—Pues estaría parejo porque si follas con la gitana todo justificaría que Shantall duerma con el gitano —tragué saliva.
—¿Qué?
—Tu hermana folla con el Keane, supongo que están a mano —sus palabras me revolucionaron la cabeza, todo tenía sentido por fin, qué imbécil soy—, mi vida, no lo sabías —Yarah volvió a interponerse.
—Cállate Vanessa, ya fue suficiente —me miró—, Corey no la escuches, está loca es capaz de decir cualquier cosa con tal de tener una reacción.
Retrocedí sabiendo que no era mentira, fui en busca de el equipo, Keane estaba hablando con Michael cuando mi puño fue por delante.
—¡Eres un hijo de puta Keane! ¡Te acuestas con mi hermana y esperabas mi aceptación ocultándome algo así! —le solté una patada—, debería matarte.
