Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Creo que cada vez me duele más cuando me dan palizas, acepto que no debí meterme en ese problema, pero estoy conforme, solo lamento no haber conseguido el teléfono de Kay Cat o como sea que dijo que se llamaba.
Es un problema para mí todo ahora, la parte derecha de mi cuerpo está jodida, siento que me golpearon con un bat directo en el hombro y las costillas, sin mencionar que estoy prácticamente ciego de un ojo, me lleva la vida acostarme, sentarme o levantarme, pero bueno, necesito hacer esto solo.
Busqué el medicamento y encontré el clonazepam, tragué saliva, si le doy fuerte, podría estar tranquilo y dormir mejor, lo necesito, así que tomé una pastilla de eso también y pensé que sería un buen momento para dejarme ir.
Pero no, mi cabeza no me dejaba, no puedo creer que me haya vuelto a pasar, qué jodido, en fin. Estaba perdiendo una batalla contra Morfeo cuando escuché que alguien abrió la puerta de mi departamento, miré unos segundos, Shantall, tragué saliva y volví a cerrar los ojos dispuesto a ignorarla por completo, estoy pasivo gracias al clonazepam.
—Solo vengo a decirte que mañana puedes regresar a casa, papá, aceptó irse.
—Bien, hasta que toma una buena decisión en su maldita vida ¿Estaba con una zorra o con dos?
Negó varias veces—, estaba solo, lo que te debería de importar es que ya tienes lo que quieres.
—Va a respetar a mi mamá por las buenas o por las malas, la decisión la toma él, no soy Dios para perdonarlo, soy quien le puede dar su atajo para que vaya ante su presencia más rápido.
—Puedes hacer lo que quieras, pero la casa estará ahí, puedes ocuparla, dejarla o lo que quieras, yo hice lo que tenía que hacer.
—Iré, que se vaya al demonio, no tengo interés en dejarle esa casa.
—Bien, te mandaré un texto cuando él ya no esté ahí ¿Quieres que haga algo más?
—Sí, que dejes mi departamento lo más rápido que te permitan las piernas, no te conozco —le dije sin abrir los ojos, bueno, uno ni siquiera puedo y me duele, carajo.
Suspiró—, no tengo ánimos para discutir contigo, tienes lo que quieres y si no ocupas nada más tú y yo no tenemos más que hablar, adiós.
—Es curioso, estoy totalmente de acuerdo contigo, ten buena vida Shantall.
—La he tenido desde hace unas semanas Corey —salió de mi departamento.
Estoy muy letargado para pensar que tenía que pedirle la llave, como sea. Me quedé dormido en el sofá después del clonazepam y una dosis de analgésicos, desperté alarmado al escuchar que la puerta se abrió.
—¿Hiciste una copia de mi llave? No lo puedo creer —reclamé a Rachel.
—No como tal, tiene sus ventajas tener un papá de alto rango en la policía.
