Primero que nada y creo que probablemente ya lo sepas: el Agua NO habla. Y no lo sé por ser como tú ni como los otros, lo sé, porque yo soy Agua.
El silencio es la peor de mis eternas maldiciones, así que ahora que mi madre Mar me ha dado la oportu...
A veces todavía me pregunto por qué Helena me pidió que escribiera estas líneas. Me habló de una parte de su idea: quería compilar la historia de un humano, la historia de un elemento, la historia de un complemento y la historia de una princesa.
Cuando me explicó aquello, me hizo sonreír. Sonaba muy poético.
Es por eso que primero explicaré la naturaleza de mi historia. Mi historia gira en torno al ser y al deber ser. El deber ser es fácil contestarlo para mí: debería ser la princesa Irisaura Trefy de Zagro. Sin embargo, el ser, lo que verdaderamente quiero ser... eso siempre ha estado en entredicho.
¿Quiero ser una princesa? ¿Quiero ser una aventurera? ¿Quiero ser alguien que pueda amar a quien quiera?
No pude resolver estas preguntas, porque mi reino fue atacado y masacrado hace siglos por un ser llamado Gaiam.
Es muy triste para mí pensar que no supe apreciar el valor de lo que tenía hasta que me fue arrebatado, y ahora sólo lucho por recuperarlo. Por recuperar a mis padres, a mi reino, a mi gente, pero por sobre todo... por recuperar lo que era y lo que debía ser. Lo que soy ahora, una mujer que huye y que se esconde, que no pude hacer nada más que esperar para regresar a su reino, no me gusta.
Mi futuro, mi vida, se desmoronaron el día de mi coronación. Recuerdo cómo la Tierra comenzó a temblar y los elegantes techos del gran salón parecieron tambalearse. Recuerdo el tumulto, la gente corriendo de un lado para otro sin distinción; nobles, sirvientes y soldados metidos en un caos, presas de un miedo contagioso. Recuerdo todo esto y me lleno de rabia por dentro.
Mi deber ser ahora es vengar a mi reino.
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