Capitulo 58

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Hoy no se sentía que fuera a ser una noche tan helada a diferencia de las anteriores

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Hoy no se sentía que fuera a ser una noche tan helada a diferencia de las anteriores. Luego de volver de mi búsqueda con Isaac regreso a casa para comer y con un poco de suerte podre hacer que Daryl salga de la cochera y coma conmigo.

Me despojo de mi chaqueta para sentir el aire fresco de la tarde, desde que Daryl me regalo la chaqueta parece que la tengo pegada al cuerpo; incluso cuando tengo calor la traigo puesta. Máximo quedan dos horas de luz, los atardeceres se ven increíbles desde las plataformas de vigilancia, y los amaneceres son aún mejor. Le pediré a Rosita cubrirla en su turno con tal de ver el atardecer hoy.

Por las ventanas no veo actividad en la casa, señal de que Daryl debe estar inventando desperfectos a su amada moto. Decido ir sólo para verlo, su cara de concentrado es la octava maravilla del mundo; su perfil, su cabello cubriéndole el perfil, la forma en la que limpia sus manos con el trapo rojo que siempre tiene en su bolsillo trasero lo hacen ver tan masculino y varonil que me dan ganas de comérmelo a besos. Ése hombre sin esforzarse en lo absoluto se ve tan sexy, me encanta, él simplemente respira y yo me enamoro más.

Primero entro a la casa por una cerveza bien fría para Daryl, sé cuánto le gustan las cervezas heladas. Arrojo la chaqueta al sofá, tomo la cerveza y voy la cochera.

—Gracias por todo. Si necesitas ayuda con algo...

—Te lo haré saber. Ya me has dejado bien claro que te me debes un favor, Daryl —dice una voz femenina. Mi mano queda a centímetros de tocar la perilla de la puerta, pego la oreja a la puerta para oír mejor—. Tal vez te pida la moto.

—Lo que sea menos la moto —pide.

De forma ruidosa abro la puerta anunciándoles mi llegada.

—¡Su Reina volvió! —exclamo. Levanto los brazos al cielo, haciendo mi gran entrada. Ambos se sobresaltan al escuchar el sonido de la puerta, obvio se calman al ver que sólo se trata de mí; voy hacía Daryl quien está recargado en su moto—. Pensé que tendrías sed y te traje esto.

La comisura de su labio se eleva es una sonrisa demostrando lo mucho que le alegra verme. La sonrisa le llega hasta los ojos porque veo como le cambia la mirada, me mira de la misma forma que yo lo veo a él y eso me hace sentir especial.

—Gracias, iba a ir por una en un rato —planta un beso en mi cien al tiempo que toma la cerveza de mi mano. Pasa su brazo por mis hombros y yo lo abrazo por la cintura—. ¿Cómo les fue?

—Creo que mejor de lo esperado, tengo que contarte algo, pero será ya que estemos solos —susurro lo último para no hacer sentir mal a Francine. Recuerdo que ella también está aquí y me giro para saludarla, ella sacude su mano y yo inclino la cabeza en señal de saludo—. No sabia que ibas a estar aquí sino te habría traído una cerveza también, ¿quieres una? ¿O prefieres un vaso de agua?

—Estoy bien así, Betty, gracias.

Asiento. Veo a Daryl darle un trago a su cerveza, insisto en que éste hombre se ve tan jodidamente guapo con cualquier acción que realice. Siento curiosidad por saber qué hace Francine aquí, no es muy común verla por este lado de la casa; ni siquiera es común verla pasar por la casa.

Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora