Ya no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta.
Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...
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Sobrevivimos otro día en esta prisión. Hablamos con Karen, me regreso mi termo. Y prácticamente se volvió nuestra madre, se encarga de servirnos nuestra comida, nos ayudo a lavar nuestra ropa por más que le dijimos que nosotras lo hacíamos.
-buenos dias- le gritó a Ruby en la oreja.
-¡callate, peendeja!- me golpea con su almohada-. No me dejas dormir a la pinche madre.
-¿con esa boca comes?- abro los ojos sorprendida.
Se cubre la cabeza con la almohada, hace un gesto que suele hacer tan seguido. Levanta su dedo de enmedio y me lo muestra.
-también te quiero. Ahora, ¿te vas a levantar o quieres que le diga a Karen que te despierte con su beso maternal?- apoyo mi peso en una pierna.
Maldice, se pone de pie. Sigue maldiciendo hasta que termina de cambiarse y de peinar su cabello rosa.
Salimos al patio principal para comer algo. Carol cocina de maravilla, tal vez le pida que me enseñe a cocinar.
-¿que hay Patrick?- apoyo en su hombro-. Buenos días, Carol.
-hola, chicas.
-huele de maravilla- comenta Ruby.
Carol nos da nuestra comida. Lo repito, cocina de maravilla. Esta comida está para chuparse los dedos, dirían los de KFC.
Daryl recibe los buenos días de parte de muchos.
-buenos días- lo saluda Ruby.
-¿qué cuentas?- vaya forma de saludar la mia ¿No?
Carol y él comienzan a hablar. Hasta que Carol le pide a Patrick que cuide la comida y tuvo que salir con sus cosas típicas del inocente Patrick:
-señor Dixon, quería agradecerle por traer ese venado. Fue un gran gesto, me gustaría estrechar su mano.
La cara de Daryl es de "¿y que se hace ahora?", Patrick tiene la mano extendida y Daryl la mira sin hacer nada. Trato de aguantar mi risa, ¿Acaso no conoce la palabra estrechar?
Se limpia los dedos y estrecha su mano tan fuerte, que juro que vi a Patrick hacer una mueca. Noblo resisto y me rio por lo bajo.
-ya quisieras estrecharle tú la mano- me susurra Ruby.
La doy un manotazo en el hombro para hacerla callar. Si él la escucha, me lanzo a los zombis.
-eres tan... agradecido- le digo a Patrick.
-de menos soy educado- responde.
-¿qué dijiste, mocoso?- Ruby me detiene para no acercarme a él.
Carol llegó al rescate dándole las gracias y diciendo que ella se encargaría. Lo salvo la campana. Maldito niño insolente, para la próxima lo voy a golpear con sus malditos anteojos, ratón de biblioteca.
