Ya no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta.
Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No... puede... ser...
Esa casucha se parece a la de mi tío Pedro. Una porquería en lo absoluto.
-esta casa parece la versión malandra de Dora la exploradora -comento.
-ven, es por aquí. -me sujeta de la muñeca y me guía a un pequeño cuarto al lado de la casa.
-este es su cuarto rojo, señor Grey -levanto una ceja.
-¿cuarto rojo? -pregunto. Es claro que no tiene puta idea de lo que hablo-. Todavía no bebes nada y ya dices estupideces. Este lugar lo encontramos con Michonne hace un tiempo.
Suelta mi mano para agarrar una reja de frascos de cristal. Contienen un líquido transparente; supongo que alcohol. Vamos adentro de la pocilga y ayudo a Daryl con la puerta.
Si que es una pocilga. Y definitivamente parece la casa de mi tío.
-siento como si estuviera en la casa de mi tío Pedro. -levanto un extraño objeto del piso, para un consolador o algo así, tiene forma de brasier-. Es espeluznante.
-es repulsivo -espeta con asco.
Admito que la casa es un asco.
-es aguardiente. Si con un shot de tequila te emborrachaste; con esto caeras dormida hasta dentro de tres días y tendrás una resaca de los mil demonios.
-maldición... -murmuro-. ¡Me encantó!
Tomo uno de los frascos, lo abro con dificultad y rechazando la ayuda que Daryl me ofrecía para abrir el frasco. Estúpido mi cartucho de mujer. Pensando que no pasaría nada, la acerco a mi boca y doy un trago como si fuese agua... mala idea; esta cosa quema a más no poder, es como si una llama me pasará por la garganta, se quedará unos segundos en mi estómago. Duele. Mierda, siento que me ahogo y la mueca en mi rostro lo demuestra.
-no bebas tan rápido- aconseja.
-¿Y lo dices hasta ahora? -tomo otro trago.
Quema. Pero no tanto como antes, supongo que porque bebí poco. Sin darme cuenta Dixon ya se había bebido un frasco entero, apenas y pude llegar a la mitad yo. Todavía no me sentía ebria, mas poco me faltaba.
-hay que... jugar algo -dije a duras penas, un eructo se interpuso en mi oración-. Esa pendejada donde lanzas una estúpida pelota a un maldito vaso y si cae adentro ya chingaste y bebes un trago.
-¿tan rápido te emborraste? Superas mis expectativas.
Hice como si mi mano hablará y lo imite. Mucho parloteo y nada de acción.
-¡Mejor Pim Pam Pum! -exclamo.
-¿Pim que...?
Frunce el ceño y me ve como si tuviera tres cabezas.