Ya no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta.
Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...
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La muerte de Ty dejó un enorme hueco en el corazón de todos. Sasha ya no es la misma desde aquél día. La muerte de Bob y el consecutivo fallecimiento de su hermano destruyeron algo dentro de ella aunque no es un caminante camina como uno, la mirada perdida, los pasos lentos y a la vez torpes.
Tres semanas han pasado desde entonces. La comida escasea, agua no tenemos, lo poco que tenía lo dejé para la pequeña Grimes. Lo necesita más que yo. Me siento como esa vez que Bob Esponja y Patricio quedaron fuera del mar y por poco mueren de deshidratación.
Maggie, Sasha, Daryl y yo buscamos agua en lo que el resto busca algo de comer. Maggie viene a mi lado contando una historia suya con Beth de cuando vivían en la granja. Es difícil de creer que la Maggie que tengo a mi lado, esta chica buena que tira bendiciones para todos, ve por el bien de su grupo, haya hecho todas esas rebeldías.
-¿En verdad hiciste eso? -inquiero.
-Era un desastre -admite.
-No puedo imaginarme lo triste que fue para ese chico ver su auto ser aplastado por un tractor. Nota mentanl: jamás molestes a la chica Greene -toco mi cien.
Llevamos caminando horas y no hay ningún indicio de que vayamos a encontrar agua por aquí cerca.
-¿Qué hay de ti? -mueve las hojas con la punta del pie- ¿qué anécdotas tiene la gran Betty Williams?
-A comparación con lo tuyo nada es interesante -acomodo unos mechones entre mi mal hecha trenza-. Llevaba una vida común y corriente; vivía a la orilla de la mar; papá estaba loco, en el buen sentido de la palabra; mamá estaba... ¿cuerda?
-¿Por qué lo dices de esa modo?
-Eeera un tanto especial -susurro la última palabra como si mamá fuera a escucharme.
La búsqueda se da por perdida luego de media hora. Daryl y Sasha no hallaron nada, salvo por un viejo riachuelo seco lleno de ranas muertas. Un muy buen chiste se me acaba de ocurrir aunque no es el momento para hacerlo, en otra ocasión será. El resto del grupo nos espera en la carretera, desde aquí se ven abatidos, cansados y medio muertos. Claramente tuvieron la misma suerte que nosotros.
-¿Cuánto nos queda? -pregunta Maggie a nadie en específico.
-Cien kilómetros -le responde Sasha.
-Y de lo otro, ahorita no te vengo manejando una cifra exacta -añado.
Entendí que se refería al tiempo de vida que nos queda. Son un par de metros lo que nos separa del resto pero con este cansancio lo siento como kilómetros. Ruby esta acostada en el asfalto, desde aquí parece muerta, pensaría éso sino es que el mechón sobre su boca vuela cada que ella resopla.
-Vamos a morir -suena como afirmación más que interrogante.
-Quizás. -digo. Entorno los ojos al sentir que la luz del sol me molesta. La ropa se me pega al cuerpo por el sudor-. Pero hey, las risas no faltaron eh.
