-Algunos de ustedes están aquí. Betty... Carl... Rosita... Eugene... Bob, sino es que ya lo sacrificaron... Judith -Gareth nos nombra uno por uno.
No necesariamente necesito tener ambas piernas sanas para meterle u tiro en la cabeza a este maldito hijo de perra, pendejo, malparido canibal. Mi mente deambula imaginando que es lo que pudieron hacerle a Carol y Daryl. Bob menciono que ellos mismos dijeron que lograron escapar y vaya que me alegra pero, ¿sí vuelven? Son dos contra vaya a saber Dios cuantos hay del otro lado de la puerta.
A causa del silencio sepulcral en el que estamos, el único sonido que retumba en mis oídos es el de mi acelerado corazón. Lo que apenas comí hace unas horas amenaza con salir por la misma vía por la que entró. En todo este tiempo se supone que debía estar acostumbrada a vivir con miedo pero no es así, el miedo hacia un muerto no se puede comparar con el que te causa un vivo; al menos sabes que el muerto no te querrá disparar o robar tus cosas.
-Salgan ahora antes de que las cosas se pongan más feas de lo necesario -vuelve hablar. La perilla se mueve y por suerte Gabriel acató a ponerle llave a ésta y a la otra-. ¡Están detrás de una de estas puertas y tenemos suficientes armas para derribar ambas! No creo que sea lo que quieren.
Escucho el sonido de un arma siendo cargada. Quisiera tener una maldita escopeta para volarles los sesos a estos idiotas. Hago señas a Ruby para que proteja a la bebé, asiente colocándose frente a la improvisada cuna. Le doy unos golpecitos en el brazo a Carl para que se haga a un lado y mi amiga tenga mejor tiro en caso de que derriben la puerta.
-¿Qué hay del párroco? -su voz se escucha un poco lejos, debe estar en la otra puerta-. Padre, si nos ayuda le prometo que saldrá vivo de está. Puede llevarse a la bebé. ¿Qué dice?
Veo a Gabriel y muevo los labios formulando la frase: ni se te ocurra. Él ignora mi amenaza volviendo a rezar a un Dios que quizás no nos ayude esta vez. Prueba de mi teoría es el repentino llanto de Judith revelando detrás de que puerta estamos.
-Mierda -murmuro. Guardo mi arma y me acerco a la cuna-. Yo la cuido.
La tomó entre mis brazos meciendola en un intento de que deje de llorar. Puede que tenga hambre, debe ser eso, los bebés comen cada dos horas ¿no?
Busco el pequeño frasco de puré de frutas.
-Judith, silencio por favor -susurro.
Batallo con el frasco hasta que Eugene acata ayudarme.
-¿Sabes usar un arma? -le preguntó.
-Si supiera, ¿crees que una mujer estaría cuidando de mi pellejo? -limpia el sudor de su frente. Touche.
Poco a poco deja de llorar. Después de todo si era hambre lo que tenía. Deduzco que Gareth y el resto ya deben estar frente a la puerta, es cuestión de tiempo solamente. Mantengo a Judith conmigo en caso de le dé por llorar de nuevo. Escucho unos murmullos seguidos de dos golpes estrepitos contra la puerta.
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Killer Queen
FanfictionYa no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta. Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...