Capitulo 47

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Los siguientes días se hacen tan cortos al igual que las noches, como si en cuanto cierro los ojos los abriera al instante

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Los siguientes días se hacen tan cortos al igual que las noches, como si en cuanto cierro los ojos los abriera al instante. Sacar los cuerpos, expander la comunidad, enterrar a los nuestros y remolazaf todo aquello que los muertos rompieron, por ejemplo: la casa Anderson, no es tarea fácil. Para la noche estaba tan cansada, apenas tocaba la almohada caía dormida. Y el descanso a veces no era suficiente, los turnos nocturnos para hacer guardia acaban con mis energías.

Variaba mis horarios para cuidar de Carl un tiempo antes de volver a trabajar. Todo marcha bien para Alexandria, tal y como Deanna quería. Su muerte aún duele, era una buena líder, siempre buscaba lo mejor para su gente. Al pobre Spencer apenas lo vemos después de enterarse de la muerte de su madre, Michonne se encargó en decirle, fue ella quien estuvo ahí casi en sus últimos momentos.

La casa comienza a parecer una de las típicas casas de suburbios. Reuní el valor de sacar algunas de mis fotos familiares de la mochila y las enmarque, la mayoría están en mi cuarto, otras las deje en la sala, tienen una cámara que saca las fotos horribles pero, ya tengo una fotografía reciente con Ruby y Marcus, lo único malo es que ella se empeñó en poner una con Isaac. Sigo acostumbrándome a su constante presencia en mi vida; entre ellos las cosas van bien y si mi amiga es feliz con él, ¿quien soy yo para arruinar su felicidad?, aunque si me burlo de ellos cada que puedo, más que nada de Beeckman.

Está dispuesto a soportarme con tal de estar con Ruby. Mis burlas al principio si lo avergonzaban, ahora sólo me sigue la corriente y hasta agrega cosas, la que se molesta soy yo. Como lo odio. A Marcus resultó gustarle más ayudar a Maggie con lo de plantar semillas que aprender a disparar un arma o un arco; le gusta salir fuera de los muros, una vez lo lleve y quedó encantado perderse conmigo, estuvimos dos horas vagando como tontos por el bosque. La peor niña exploradora de todas. Cada día Marcus ruega a Daryl que le enseñe a cazar, a lo cual él le responde entre dientes que luego; ¡Daryl ama a los niños! Su carisma es tan agrio como un limón.

A propósito, tuvimos un avance desde aquel día, llegando a un acuerdo silencio de compartir el cuarto; cada noche viene a casa a dormir, no hablamos mucho o al menos él no lo hace. Resulta lindo verlo desayunar avena junto a Marcus, el curioso Marcus aborda a Dixon con cientos de preguntas y le cuenta historias de antes de vivir aquí; Daryl lo escucha (o finge hacerlo) atentamente, decido cuando es suficiente sufrimiento para el ermitaño Dixon y mando al pequeño Taylor a molestar a Ruby.

—He estado pensando algo —la voz de Daryl suena somnolienta todavía. Hago un sonido gutural demostrándole que lo escucho, mantengo mis ojos cerrados disfrutando de su caricia en mi brazo—, ¿tienes la tarde libre?

—Depende, ¿para qué? —trazó líneas por su pecho.

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Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora