Ya no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta.
Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Estoy preocupada por Betty, Michonne. Desde que llegamos subió al ático, se sentó en el sillón y no deja de ver por la ventana; no ha dormido, no ha comido.
—También se negó a que Carson la revisara en Hilltop, por más que Glenn le insistió.
La trampilla del ático esta abierta, por más bajo que hablen ellas dos puedo oírlas como si las tuviera a un lado. Aprecio su preocupación, pero el golpe del culetazo no es nada a comparación con el dolor que tengo en mi pecho; mataron a Abraham, se llevaron de rehén a Daryl y no sé siquiera si Negan en verdad lo dejara vivir o ya está muerto. Hay algo aquí en mi pecho, justo en mi corazón, que no se siente como antes, me arrancaron un pedazo o mejor dicho me lo aplastaron; pero no solo afecta a mí corazón sino también a mi mente. Justo ahora tengo mil formas posibles de tortura para Negan, su muerte es la ultima opción; primero quiero hacerlo sufrir, verlo llorando y suplicándome por piedad, tal vez así le pueda conceder la muerta si la pide o quizás no.
—... me preocupa el que ya no lloré. —escucho cuchichear a Ruby—. Ella siempre reprime sus sentimientos. Se los guarda para ella y no le hace bien; ella misma se destruye.
—¿Si saben que puedo oírlas, no? —hablo fuerte.
Cuando ellas suben por la pequeña escalera, yo ya estoy incorporada en el sillón donde días atrás Daryl y yo estábamos abrazados mirando el amanecer, yo tenía mi espalda contra su pecho y mi cabeza apoyada en su hombro; sus brazos rodeaban los míos y las yemas de sus dedos acariciaban mis antebrazos. La madrugada era fresca, pero la cercanía de su cuerpo me proporcionaba el calor necesario para no tener frío, aun así mi piel se ponía de gallina cada tanto.
—¿No piensas traer una cobija? —cuestione, levanté la cabeza un poco para verlo a la cara.
—No tengo frío.
—¡Pues yo sí! además, estoy desnuda.
—¿Y? Te vez bien. Me gusta más verte así que con cualquier otra cosa puesta. —su comentario me hizo rodar los ojos. Su tierna sonrisa es lo más lindo de este mundo, no existe algo más hermoso en el mundo que ver a Daryl Dixon sonreír.
Ya no dije palabra alguna, trate de acomodarme mejor para qué su cuerpo me proporcionar más calor. Ni el amanecer pude apreciar porque me quede dormida a causa de sus caricias y el cansancio. Esa había sido una de las mejores noches en toda mi vida. Ojalá pudiera quedarme en ese momento para siempre, así Ford seguiría con vida, Maggie no hubiera enfermado y Daryl no estaría secuestrado.
—¿Lo ves? se queda con la mirada perdida —señala Ruby haciendo un gesto de obviedad.
—Betty, ve a dormir un poco, ¿si? —pide con dulzura Michonne.
Ni me esfuerzo en responder. Mi realidad es una mierda. El mundo es una mierda.
—Puedo traerte algo de comer, quizá un vaso de leche con unas cuantas galletas de Carol, ¿te parece? Te gustan mucho sus galletas. O tal vez quieras una rebana de tarta de manzana.
