Llevamos dos días caminando por el bosque. No encontramos ningún lugar donde dormir, tuvimos que subir a unos árboles.
-¿cómo crees que se llame?- rompo el silencio.
-¿quien?- la miro, de esas miradas que dicen todo-. ¡ah!, tu hombre de cabello largo.
-no lo llames así, sólo lo tiene un poco.
-tal vez se llame Rosendo.
Algo que suelo hacer cuando me río es aplaudir dos veces y hacer mi cabeza hacia atrás. Se me hizo costumbre. Cuando escuché ese nombre nonoude contenerme, una carcajada se me escapó.
-de todos los nombres que existen, ¿se te ocurrio ese?
-o Zacarías- levanta los hombros.
-no puedo con esto- vuelvo a reír.
Media docena de zombis aparece. Mi risa "discreta" los atrajo. Saco mi espada y acabo con tres, Ruby se encarga de los otros tres.
-tu maldita risa de ballena atrajo a estos asquerosos, deja de reírte tan fuerte- me regaña.
-no me hagas reír con tus tontos nombres. ¿Sabes? El día que tengas un hijo lo vas a desgraciar con tus nombres estúpidos- limpio la hoja de mi espada.
Más adelante se ve un tramo de carretera, bendito seas Dios. Guardo mi espada.
-¡por fin!- exclama mi amiga.
-ojala encontremos una casa- ruego.
Vamos carretera arriba. De vez en cuando aparece un zombi, nada de lo que no podamos encargarnos. Mi estómago comienza a rugir, al igual que el de Ruby.
-detengamosno un momento- se descuelga la mochila.
-¿tienes algo bueno? Lo mío ya se hecho a perder- rebusco en mi mochila.
-solo tengo una manzana- saca la fruta de su mochila.
Suspiro. Parte la manzana a la mitad. Estamos tranquilas hasta que escuchamos unos autos aproximarse. Tomamos nuestras cosas, nos escondemos en el bosque.
Los autos pasan y se detienen justo enfrente. Bajan varias personas con armas, reconosco a uno de ellos. Martínez. Un tipo vestido de negro, con parche y cara de lunático; escucha las quejas de las demás personas. Todas se quejan y él les grita que son unos cobardes. Me acerco un poco más para escuchar mejor.
Martínez ve al hombre del parche, y al parecer capte su atención porque en seguida nos miro a las dos. Con los ojos nos grita que no nos acerquemos, el hombre a su lado nos dice lo mismo sólo que el niega levemente.
Ruby me mira preocupada. Iba a decirle que todo saldría bien, hasta que el hombre del parche les comenzó a disparar a todos. Por instinto nos lanzamos al suelo, nos arrastramos lejos de la carretera. Permanecemos escondidas. Escuchar el sonido de los disparos, hace que un dolor se instale en mi estómago, como si yo los estuviera recibiendo.
-larguemonos de aquí- Ruby se arrastra para irse.
-espera- la detengo.
El hombre de deja de disparar, segundos después escuchamos un motor encenderse e irse. Cuando el auto está lo suficientemente lejos, salgo de mi escondite. Una parte de mi me dice que vaya a la carretera y la otra me dice que huya.
-¿qué estás haciendo?
-quiero ver si hay alguien vivo- saco mi espada.
-Betty, ¿no escuchaste los disparos? No hay nadie vivo.
-tú no sabes eso.
Dios mío, esto es un cementerio. Todos están muertos, mujeres y hombres. Los mató a todos. Esto es un cementerio. Se convertirán, tengo que acabar con ellos, entre menos haya de esas cosas más rápido acabaremos con la plaga.
-¡hay alguien vivo!
-¿te quieres callar? Atareras más zombis- Ruby me tapa la boca.
-no me importa.
Más allá algo se mueve de entre los cadáveres. Nos preparamos para atacar. Es una mujer.
-¿está bien?- le preguntó.
Ella se da la vuelta, parece aturdida. Guardo mi espada y me acerco despacio a ella. Rompe en llanto. Pobrecilla, es la única que sobrevivió.
-todo va a estar bien- habla Ruby.
-¿cómo se llama?- pregunto.
-Karen- responde sollozando.
-bien, Karen. Nosotras no tenemos un lugar al cual llevarla, pero estoy segura que si espera aquí, alguien vendrá ha ayudarla- le informó.
De mi mochila saco un termo y algo de comida. Con Ruby ayudamos a Karen a llegar al enorme camión que dejó el loco del parche.
-tenga, no es mucho pero le servira- le entregó las cosas.
-gracias.
-no hay de que- acaricio su hombro en señal de apoyo-. Tenemos que irnos.
Ella asiente, nos da las gracias de nuevo. Ruby cierra la puerta del camión.
-pobre mujer- susurra.
-lo sé. Ese lunático casi la mata- paso mis manos por mi cabello.
Uno de los muertos se levanta. Genial, ahora tenemos a más de una docena de muertos. Terminemos con esto.
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Killer Queen
FanfictionYa no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta. Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...