Capitulo 39

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Isaac sigue rebuscando entre mis cosas con urgencia, arrojando ropa a la cama y contesta apurado:

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Isaac sigue rebuscando entre mis cosas con urgencia, arrojando ropa a la cama y contesta apurado:

—Tara despertó. Tu amiga me envió para llevarle algo de ropa.

—El cuarto de Tara es el de al lado —indico, sujetado su brazo y arrastrándolo fuera de mi cuarto—. Toma lo necesario y apúrate —digo, tomando la iniciativa de ir a la enfermería para ver a mi amiga.

La asamblea se está llevando a cabo a unos cuantos metro, pero nada es más importante que Tara en estos momentos.

Tomo un atajo para llegar rápido a la enfermería. Veo algunas luces encendidas de la casa, distingo a Rosita de pie revisando a alguien.  Al momento de llegar lo primero que busco a Tara; está ahí en su cama con la espalda apoyada en la pared.

—hey, ¿qué tal? —saluda, habla despacio, esforzándose.

—¿Cómo te sientes? —me aproximo a ella.

—Yo genial; pero ellos no se ven tan bien —señala con el mentón en dirección de Rosita.

Apenas soy consciente de que al que atiende Espinoza es a Nicholas y al lado de él se encuentra un malherido Glenn. Mi amigo tiene la cara llena de sangre y golpes, sin contar su camiseta empapada de sangre donde quiero pensar que no lo hirieron.

—¿Qué mierda le hiciste? —le pregunto a Nicholas.

—Él no hizo nada. Salimos y los caminantes... eran muchos —explica Glenn a duras penas.

—No sabia que los caminantes dispararan armas y golpearan así —examino la herida de su hombro—. Si Maggie te mira en este estado se volverá loca.

Pongo manos a la obra. Rosita se encarga de Nicholas. Acercó todo lo necesario para curar a Rhee antes de que su mujer decida pasar a ver a Tara.

—¿Qué rayos? —dicen desde la puerta.

Eugene mira sorprendido hacia la camilla de mi izquierda.

—Que suerte, tu peinado sigue allí —bromea   Tara.

El pobre Porter se la vivió en la enfermería di y noche esperando a que despertara. Juro que por la poca luz qué hay aquí, distingo un brillo en los ojos de Porter; en el tiempo que llevo conociéndolo jamás lo vi sonreír de esa manera tan natural y sincera, asusta.

—Oigan Eugene me esta asustando, pueden traer a Noah para protegerme —pide.

Instintivamente mis ojos van hasta Nicholas. La habitación se sume en un silencio sepulcral.

Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora