Capitulo 46

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Rick llegó segundos después como alma que lleva el diablo

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Rick llegó segundos después como alma que lleva el diablo. Trasladamos a Carl a un cuarto donde su papá pudiera quedarse con él. Denise y yo dividimos el trabajo: ella se encargaba de los antiguos pacientes y yo de los heridos más recientes. Los cuales no fueron muchos en realidad, solamente Maggie que tenía una jaqueca y Glenn con un par de heridas. Mi paciente favorito estaba para el final.

Michonne tampoco se aparta del lado de Carl, ella cuida de Judith mientras está con los Grimes. Limpio el area que Denise necesito para atender a Carl, lavo cada instrumento utilizado y los coloco en su lugar. La mayoria de mi grupo junto con algunos más esperan afuera a noticias sobre el pequeño comisario. Se rehusan a dejar solo a Rick, también yo lo hago, si perder a un padre es duro, no quiero pensar lo doloroso que es perder a un hijo. Casi amanece, los rayos del Sol quieren asomarse ya por el horizonte anunciando un día más de la comunidad. Veo mi reflejo en el espejo del baño, mi rostro cubierto de sangre, tierra y sudor, la maraña que tengo por cabello y las inconfundibles bolsas debajo de los ojos delatando las pocas horas que he dormido.

—Hey —volteo al sentir una mano sobre mi hombro. Isaac está aquí junto con Ruby, ella eleva la comisura de su labio en una pequeña sonrisa—. Ve a descansar, cuidaremos de Carl hasta el medio día y luego vendrá Enid. Tienes que dormir un poco, Betty, tienes días sin pegar un ojo.

—Debo limpiar.

—¿Limpiar qué? Si ya dejaste este lugar impecable —replica, abre los brazos, señalando a nuestro alrededor—. Anda, ve a la casa, date un baño y descansa. Marcus está dormido en mi cuarto con Cerbero cuidándolo.

—Está de más preguntar dónde vas a dormir tú —ironizo mirando a Beeckman por sobre su hombro. Ella se ruboriza con mi insinuación. Un baño no me vendría mal, apesto a cañería vieja—. Vendré a cuidarlo en la noche. Tara y Denise están arriba... poniéndose al día; sólo lo digo por si escuchan algo extraño.

—Copiado —Isaac rascan incómodo su cabeza.

—¡Te quiero!

—Ya lo sé —digo, arrastrando los pies hasta la salida.

Esquivar los cuerpos es como cruzar un campo minado, ya algunos se encargan de cargarlos para llevar los cuerpos a la cantera. Al pisar la acera de mi calle me quito la chaqueta, mañana la lavaré o quizás en la noche. Empujó la puerta con mi pie, dejó la chaqueta en el piso a un lado de la escalera. En estos momentos deseo una silla como la del viejito de Up para subir la escalera.

A mitad del pasillo me deshago de mis zapatos y mi pantalón. Los cargo en mis manos los pocos metros restantes a mi cuarto. Ya visualizo el agua caliente quitándome esta sangre y suciedad de encima que parece otra capa de piel. Es un sueño apunto de cumplirse.

Frente a mi está la magnífica cama que tanto añoro, tan cómoda, suavecita, panchocita y calientita. Las cortinas están cerradas manteniendo todo en penumbras, perfecto para invernar. Busco un conjunto de ropa interior limpio y una camiseta súper grande.

Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora