Apenas pude pegar un ojo. Las horas transcurren rápido, más de lo que me gustaría. Daryl continúa aquí, acostado a mi lado, salvo por el hecho de que le estoy dando la espalda para evitar que se dé cuenta de las grandes ganas de llorar que tengo.
—¿Daryl, estás despierto? —susurro.
—Si.
—¿Me abrazas? —pido como una niña pequeña.
No responde. Lo siento moverse en la cama hasta tenerlo pegado a mi espalda.
Todo estará bien, él va ha estarlo. ¡Es Daryl Dixon! La versión apocalíptica de John McClane, obviamente sobrevivirá.
Abrazo es fuerte y sutil a la vez. Debo decirle, tengo que decirle ahora o quizás ya no haya otra oportunidad.
—¿Tienes frío?
Diablos, ya comencé a temblar.
—Un poco —miento. En realidad lo que tengo es ansiedad. Amo el maldito frío, mil veces más que el calor—. Repite otra vez el por qué no puedo ir contigo.
Su respiración choca contra mi cuello, poniéndome la carne de gallina de vez. Permanece callado, supongo que cansado de decirme lo mismo.
—Es peligroso. Eres la nueva doctora, y te necesitan aquí... ademas, no quiero que te pase algo. Con la suerte que tienes, es posible que a ti sea a la que le pase lo peor —medio bromea.
Su sentido del humor es tan malo que da risa. Pero ni su mala broma logra hacerme reír. Por primera vez no quiero reírme en un momento serio. Entrelazo su mano con la mía, este momento deseo guardarlo en una cajita para siempre; pocas veces, o mejor dicho, casi nunca estamos así de cerca aparentando una maldita escena romántica de película juvenil. Hace un camino de pequeños besos que van desde mi hombro hasta mi mejilla.
—¿Betty? —mueve la mano para llamar mi atención—. Betty, mírame.
No.
—Betty, mírame. Por favor.
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Killer Queen
FanfictionYa no se puede confiar en nadie. Nadie confía en ti. Las personas hacen lo inimaginable para sobrevivir al apocalipsis. Adiós a la democracia, todos están por su cuenta. Dos chicas han sobrevivido solas, hasta que cierto grupo las encuentra o mejor...