Emma
Realmente era muy raro. Se sentía raro. Abrazar a Aiden después de tanto tiempo me regalaba una sensación tan pacífica que dolía y me daba miedo hacerme adicta a ella. Me tomó tan por sorpresa, que me quedé estática por un momento, hasta que mis brazos decidieron reaccionar y lo rodearon con fuerza.
El lado derecho de mi rostro estaba pegado al pecho de Aiden, mis manos acariciaban sutilmente su espalda tensa, mis ojos permanecían cerrados y mi nariz aspiraba el dulce aroma de su perfume. Mi cuerpo era recorrido por una fuerte oleada de calor, estar en esa posición y con esa persona no era algo común, ya no más, así que me dije a mí misma que la disfrutaría todo lo que pudiera, por más que eso luego me dañara. No estoy segura de si esto era alguna especie de masoquismo, no quería que lo fuera, no quería convertirme en ello, pero realmente se sentía tan bonito abrazarlo, que el contacto me llevaba hace tiempo atrás.
La mano de Aiden viajó levemente hacia mi cabello y lo acarició con ternura y delicadeza, era algo reconfortante. Me preguntaba cuánto duraría el abrazo. Me preguntaba cuánto duraría él en darse cuenta de que me estaba abrazando, porque a juzgar por cómo me trató las últimas veces, me hacía suponer que él no pensaba bien las cosas, probablemente por la difícil situación. También me preguntaba cuándo sería el día en que yo aprendiera a soltar a la gente que no me demostraba el interés que yo les daba. Seguía en el mismo lugar, estancada, y era bastante mi culpa. ¿Por qué permitía que me abrazara si sabía que esto me hacía daño? ¿Por qué mis sentimientos eran más fuertes que mi fuerza de voluntad?
Me moví para atrás, separándome de él. Tenía que aprender a respetarme a mí misma y a no dejarme llevar por mis ganas. Quizá para él este abrazo no significaba nada, pero para mí sí significaba mucho.
—No me abraces —dije, en tono demandante, totalmente arrepentida de haberle correspondido.
Aiden me observó confundido.
—Perdón, pensé que no te había molestado. Me correspondiste... —explicó.
Me crucé de brazos.
—Solo no me abraces. —Miré un segundo el suelo. Esto era demasiado incómodo. Menos mal que James se quedó esperando en el auto y no subió conmigo, o de lo contrario esto habría llegado a estar en otro grado de incomodidad—. ¿Cómo está tu hermano?
—Mi padre me dijo que lo chocaron por detrás y él salió volando por el parabrisas porque no llevaba el cinturón de seguridad. Se perforó el bazo, tuvo una cirugía de emergencia. Todavía no despierta.
—¿Qué significa que no despierta? ¿Está grave? —Realmente estaba preocupada. En qué momento me encariñé tanto con Ashton. Tenía mucho miedo por él. Necesitaba verlo.
—No sé qué significa, no sé mucho, he llegado hace un rato. ¿Cómo sabías que él estaba aquí?
—Ella me lo dijo.
—¿Ella?
—Tu novia —respondí con algo de dolor.
Aiden pareció pensar un momento.
—Dejé el teléfono en casa y traje de el de ella, el mío casi no tenía batería.
—Quiero ver a Ashton —pedí.
—Todavía no se puede. Mi madre está con él.
Su madre... Me preguntaba qué procesos ocurrieron para que Aiden rehiciera su vida. Me sorprendía muchísimo. Tenía una familia numerosa, recuperó a sus hermanos, tenía una hermosa novia, vestía ropa aparentemente de marca. En cierta parte me alegraba por él.
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La profundidad de su mirada #D4
RomanceDespués de tanto llorar había conseguido la tranquilidad y la paz mental que necesitaba, pero todo terminó en la basura la noche en la que lo volví a ver. copyright 2020. PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA. DE LO CONTRARIO DENUNCIARÉ.